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El Consejo Administrativo de Itaipú decidió ayer que continuará el año próximo con un presupuesto provisorio ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre el precio de la tarifa. Victorio Oxilia, experto en temas energéticos, dijo en Tempranísimo, por la 970 y GEN, que la situación no conviene ni a Paraguay ni al Brasil, aunque a nosotros nos afectará más.
“El componente sobre el cual no se llegó a un acuerdo es sobre gastos de explotación y ese es el componente variable año a año. Los demás componentes están definidos por el Anexo C, que se mantienen y en lo que se refiere al pago del servicio de la deuda, baja, porque eso también está establecido”, explicó Oxilia.
Dijo que lo que se puede inferir de esta situación “es que el costo del servicio provisorio y, por lo tanto, la tarifa provisoria sería una tarifa baja. En principio eso es lo que se podría inferir. Habría que preguntar a la asesoría jurídica, pero ocurre que todos los demás componentes, a excepción de los gastos de explotación, están definidos.
“Las consecuencias de un no acuerdo en un plazo mayor a un mes, primeras semanas del 2022, son consecuencias muy graves para ambos países. Posiblemente va a ser más grave, menos favorable, para nosotros porque eso indica que se genera una pérdida de institucionalidad en la entidad. Una entidad que viene funcionando hace muchos años de manera bastante definida, con procedimientos bien establecidos y con el hecho de tener una tarifa provisoria caeríamos a una situación semejante, guardando las proporciones, a la de Yacyretá, donde la factura se hace a cuenta dé. Situación insostenible a largo plazo; tiene que resolverse de inmediato, tiene que haber un esfuerzo en la negociación, para llegar a un acuerdo”, aseguró el experto.
Añadió que “la posición paraguaya es totalmente válida, la defendemos siempre, que es la de mantener el costo del servicio de electricidad. Pero habrá problemas, hay un componente sobre el cual no es necesaria ninguna negociación. Es un componente que es el pago del servicio de la deuda, que va a caer. Ante los hechos consumados, esta tarifa va a caer”.
Insistió con que en lo que no hay acuerdo es sobre los gastos de explotación, “que es el presupuesto propio de la entidad; el dinero que maneja para operar. Eso debe ser de 750 millones de dólares hoy día. Uno de los componentes. Es eso lo que en principio pasa para el año que viene, pero si uno se mantiene, si esa situación de no acuerdo se mantiene, los vencimientos de la deuda se dan en el segundo semestre. Si esto se mantiene por más de un semestre, va a ser una situación muy delicada, mantener una situación institucional muy delicada. El año que viene la entidad va a pagar menos en relación a su deuda, a la larga lo que va a pasar un hecho consumado, el costo del servicio de electricidad, todo ese paquete que al final da la tarifa, va a caer, indefectiblemente. Al mantenerse los 750 millones de dólares del presupuesto de Itaipú para gastos de explotación, hay un componente que cae”.
“Ya había rumores en Brasilia de que se iba a postergar lo de la reunión presidencial. Es una técnica de negociación también esa. Bolsonaro no quiere dar una respuesta. Cuando coloca otros temas sobre la mesa y en una declaración de prensa habla de otros proyectos, es porque él no quiere dar una respuesta. Su decisión, que también está en una posición política delicada, él también está entrando ahora en una fase preelectoral, él quiere cansar, sustentar su decisión con base en lo que le dicen sus técnicos y autoridades de energía, que son inflexibles en cuanto a que la tarifa debe bajar. Es el sector energético el que está diciendo al presidente que tienen que bajar”, aseveró Oxilia.
Por otra parte, aseguró que “Itamaratí, su cancillería, es más flexible en ese sentido. Itamaratí busca llegar a un acuerdo con Paraguay porque sabe que una situación de no acuerdo es una situación delicada desde el punto de vista de política bilateral, pero el sector energético dice no. Fíjense lo que es no tener una tarifa. En el mercado brasilero también produce una situación no deseada y de riesgo, más aún en el momento que se habla de privatización de Electrobras. No es una situación deseada para Brasil tampoco”.
