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ASUNCIÓN. La inequidad, la falta de acción para dar con los paraderos de las personas desaparecidas, como el caso de los pequeños “Peño” y “Yuyú”, además de requerir a las autoridades políticas públicas de acceso a la vivienda, la educación, la salud y la tierra, centraron la homilía del primer cardenal paraguayo Adalberto Martínez, en la misa que celebró este domingo en el Bañado Tacumbú, de Asunción.
Ante una multitud, el primer cardenal paraguayo Adalberto Martínez, ofició una misa en el Bañado Tacumbú, donde a su llegada fue ovacionado por los feligreses. Resaltó que la comunidad hay más de 2.500 familias, más de 11 mil personas, que pelean por sus sueños en medio de mucha carencia. Resaltó la solidaridad entre vecinos y el acompañamiento de religiosos, como el caso del extinto pa’i Francisco Oliva, José “Pepe” Valpuesta, el también sacerdote Pedro Velasco, entre otros.
Igualmente, resaltó la tarea de dirigentes y líderes comunitarios “que anteponen el bien común a sus intereses particulares y demuestran que si se puede construir una comunidad sana y fraterna”.
Pidió mirar el entorno, mirar a los que sufren, a los que están totalmente privados de todo; a despojarnos de nuestros encierros e individualismos, “para que triunfe el espíritu de hermandad”.
LOS DESAPARECIDOS
El cardenal hizo énfasis en los dramas que viven las familias de los desaparecidos. “Niños, adolescentes y jóvenes desaparecidos, con paradero desconocido y algunos con final trágico, como es el caso de José (Peño) Miguel Ozuna, que luego de dos meses habría sido encontrado su cuerpo entre los camalotales. ¿Qué pasó con José Miguel? ¿Qué pasó con Yuyú?, la niña que lleva más de dos años desaparecida y otros cientos de casos de desaparecidos, principalmente menores”, manifestó.
En ese sentido, afirmó que las instituciones públicas, como el Ministerio Público y la Policía Nacional, tienen la obligación de investigar la desaparición de personas y determinar sus paraderos. Entretanto, dijo que también los ciudadanos tienen la obligación de colaborar para denunciar estos casos. “Deben estar vigilantes, porque los casos de desapariciones podrían estar vinculados con tratas de personas. El señor nos interpela dónde están tus hermanos”, señaló.
Por otro lado, el cardenal sostuvo que “la educación de calidad es clave para romper el círculo vicioso de la pobreza. Como sociedad necesitamos asumir el compromiso de que todo ciudadano permanezca en el sistema educativo”.
POLÍTICAS PÚBLICAS
En su homilía, el cardenal igualmente interpeló a las autoridades a llevar adelante políticas públicas de acceso a la vivienda, la educación, la salud y la tierra. “El acceso a todos los derechos y beneficios que le corresponden como ciudadanos”, mencionó.
Entretanto, pidió exceptuar a los pobres de cualquier intento de utilizarlos al servicio de intereses personales o políticos. “Preocuparse todos por los pobres y por la justicia social”, pidió.
“La inequidad, fruto del egoísmo es la raíz de muchos males. Nos aleja del amor de Dios. Es urgente y necesario atender la pobreza. Una sociedad más justa y equitativa donde impere el bien común”, remarcó.
“Es urgente y necesario resolver la causa estructural de la pobreza”, dijo y abogó por una sociedad más justa y equitativa, donde impere el bien común. “Es tarea de la política y de los políticos; de los que tienen cargos de responsabilidades. “Exhorto a los laicos, políticos y los que ocupan cargos de responsabilidad que les duela de verdad la sociedad, el pueblo, los pobres y que trabajen por el bien común de todos los que habitan el suelo patrio”, puntualizó.
