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SANTIAGO. Una usuaria en Twitter, en cuyo perfil su nombre aparece como Rucia Locateli Lazo (@Veroarriagadao) y cuya profesión sería enfermera en algún centro asistencial de la capital chilena, publicó un dramático y descarnado apelo a la gente que, en su país, no guarda la cuarentena sanitaria y sale a “carretear”, de seguro sirviendo como vectores de contagio. Su declaración desató un terremoto con miles de respuestas alineándose con ella y miles criticándola e insultándola.

“Quédense en la casa m**rdas. ¡Estamos reventados! Terrible todo”, publicó la enfermera el pasado 13 de junio. Inmediatamente, un internauta replicó: “No es tan grave como te lo quieren vender. Mientras alejen y cuiden a las personas con enfermedades y a gente mayor de 65 no pasa nada. A esa gente tienen que aislar no a toda la población.”

“¡No es tan grave! ¡Qué falta de respeto tu comentario para todos los familiares de los fallecidos y para los que vemos como día a día muere gente o no puede respirar! ¿Qué dices? ¿Estás loco? ¡No me lo vende nadie! Yo lo veo…”, respondió a su vez la trabajadora de blanco.

De allí siguió lo que en la red del Pajarito se conoce como “hilo”, con miles de intervenciones.

“No se pueden quedar en la casa si gran parte tienen que trabajar por obligación”, dijo otro tuitero, sumándose a la discusión.

“Se entiende perfecto que el mensaje es para aquel que sí puede hacerlo, pero sale a carretear, a pasear y visitar a la familia y amigos”, apuntó la enfermera.

“Alguien se equivocó de vocación”, disparó otro usuario.

“¡Pena tu comentario! Amo mi pega (sic) y la hago con garra. Me enfermé, contagié a mis hijos y volví a darlo todo, como miles de mis colegas en el mundo. Pero no significa que disfrutemos viendo cómo se muere gente y mientras no podemos hacer nada. Créeme que nadie la pasa bien en estas condiciones”, añadió Locateli.

El debate sigue con miles de participaciones. Es un momento crítico para el sistema de salud chileno porque, aparentemente, se acercan a la frontera en la cual, sobrepasada su capacidad de atención, los trabajadores de blanco se enfrentarán a la dramática situación de decidir a quién dejar morir.

“Lo que hacemos todos los que estamos viendo cómo se nos va de las manos las vidas de los pacientes porque no tenemos los recursos… hagan lo que quieran, ojalá no sufran lo que están sufriendo los demás. Soberbia la gente que sigue sin tomar conciencia de no cuidarse, ni cuidar al resto, de creerse inmortales solo porque a ellos no les ha pasado”, replicó también en otro momento la enfermera, aunque la discusión continua.

Chile pasó de un caso positivo de coronavirus, el día 3 de marzo último, a 167.355 pacientes con Covid-19, en el día de la víspera. Desde el 30 de abril, comenzaron a registrarse más de 1.000 casos por día. El récord de contagios fue hace dos jornadas, cuando tuvieron 6.754 casos confirmados en solo 24 horas.

A la fecha, el país andino ya registró 3.101 óbitos por Covid-19. Desde el 12 de mayo comenzaron a sufrir más de 10 muertes diariamente. El pico de fallecidos fue el 7 de junio, cuando hubo 649 decesos por coronavirus. Ayer, fueron 231 muertos en 24 horas.