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La tormenta que azotó fuertemente al país el sábado continúa sorprendiendo por los daños que provocó en pocos minutos, en varios departamentos. En Asunción, los vientos superaron los 120 km/h, lo que causó que varias viviendas de las zonas vulnerables fueran destechadas, derribara árboles y columnas. En Ñeembucú, la intensidad de los vientos llegó a los 100 km/h. En tanto que en Caaguazú, Paraguarí, Misiones, las ráfagas de viento alcanzaron los 80 km/h. La SEN, ya se encuentra en las zonas afectadas para brindar asistencia.

ASUNCIÓN.- José Fariña, de la Dirección de Meteorología e Hidrología, explicó que cada temporal tiene un efecto especial y único. “Algunas tormentas traen más lluvias y otros vienen acompañados por fuertes vientos, como ocurrió el último sábado”, señaló.

Aclaró que en la capital del país, las ráfagas de viento llegaron a 124 km/h, en la zona del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, donde causó graves daños en dos aeronaves, en hangares que se encuentran en las cercanías de la terminal aérea; además de derrumbar el tejido limítrofe.

“Este número no se había dado por mucho tiempo en la capital del país, por lo que las consecuencias pueden ser aún más graves para las zonas bajas”, refirió.

En ese sentido, en la zona de la Chacarita, unas 20 viviendas terminaron destechadas por los fuertes vientos. Además, una treintena de árboles cayeron y fueron a parar sobre algunas casas, vehículos y sobre las avenidas. La Dirección de Aseo Urbano de la Municipalidad, trabajó desde el sábado para retirar los árboles de las zonas afectadas.

En tanto que en el departamento de Ñeembucú, los vientos alcanzaron los 100 km/h y las lluvias acumuladas llegaron a 80 mm en algunos distritos, lo que dejó nuevamente a varias localidades aisladas.

En Caaguazú, Paraguarí y Misiones, se registraron vientos a unos 80 km/h, suficiente para provocar también daños en algunas viviendas.

“Son valores interesantes en cuanto a nivel de precipitaciones. Es decir, mucha lluvia en poco tiempo, lo que hace que nuestras ciudades sufran raudales e inundaciones súbitas”, indicó Fariña. Agregó, que debido a estas constantes precipitaciones, el suelo está muy saturado y húmedo, lo que también afecta la estabilidad de los árboles. “Los árboles están medio flojos y con una lluvia como la del sábado terminan siendo propicios para que se caigan”, añadió.