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El terremoto, de una intensidad de 6,2 en la escala de Richter, sacudió anoche la provincia de Gansu, cerca de la frontera con Qinghai.
Más de 116 personas murieron y al menos 500 resultaron heridas después de que un terremoto azotara el noroeste de China mientras muchas personas dormían.
El terremoto, de una intensidad de 6,2 en la escala de Richter, sacudió por la noche la provincia de Gansu, cerca de la frontera con Qinghai. Poco después, otro seísmo de magnitud 5,5 azotó la región noroeste de Xinjiang sin que, por el momento, se hayan reportado víctimas.
Más de 4.700 casas han resultado dañadas y el suministro de energía y agua está interrumpido en algunas aldeas. Miles de rescatistas están desafiando condiciones heladas para intentar ayudar a las personas en la zona de gran altitud.
Gansu tiene una población de unos 26 millones de personas e incluye parte del desierto de Gobi.
En ese contexto, el Gobierno chino asignó este martes 200 millones de yuanes (alrededor de 28 millones de dólares) para ayudar en las tareas de rescate y auxilio tras el terremoto que sacudió anoche las provincias de Gansu y Qinghai, que deja hasta ahora 116 fallecidos y más de 200 heridos.
Por otro lado, un terremoto de magnitud 5,5 sacudió este martes la región china de Xinjiang (noroeste), sin que por el momento se hayan reportado víctimas, informó hoy el Centro de Redes Sismólógicas de China.
El sismo se registró a las 9.46 horas del martes (01.46 GMT), y tuvo su epicentro en la región de Artush de la provincia de Xinjiang, en una zona fronteriza con Kirguistán, recoge la agencia estatal Xinhua.
El terremoto se produce después de que otro movimiento telúrico dejara anoche más de un centenar de muerto en la provincia de Gansu, también en el noroeste del país, según reporte de Euronews.
