Mabel Rehnfeldt, en ABC Cardinal.
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Rehnfeldt reivindica lo que antes deploraba

ASUNCIÓN.– La periodista Mabel Rehnfeldt no es más que una fiel escudera de Aldo Zuccolillo y fiel seguidora de la línea política del diario ABC. En el 2016 se mostró escandalizada al enterarse que “alguien” había pinchado el teléfono de una colega suya, “sin orden judicial”, lo que consideró el mayor escándalo de este tiempo democrático. Ahora, no solo apoya los pinchazos sino que los realiza y da a conocer ella misma.

En el 2016 se habría pinchado el celular de una periodista de ABC que investigaba el caso del general Luis Gonzaga Garcete, entonces comandante de las Fueras Militares, lo que desató un escándalo ya que esos pinchazos se habrían realizado sin orden de juez competente, lo mismo que ocurre ahora con los audios que se grabaron, posiblemente, por decisión del directorio del mismo diario.

Quien ahora estuvo a cargo de la publicación de los audios del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y defiende a capa y espada la validez jurídica de los mismos, la periodista Mabel Rehnfeldt, es la misma que 2 años atrás se rasgaba las vestiduras porque el teléfono de su colega fue pinchado sin orden judicial.

En ese entonces, en una entrevista radial, Mabel dijo que “es grave. La gente que nos está escuchando tiene que saber que si pudieron hacer con uno, pueden hacer con todos, no hay garantías constitucionales de inviolabilidad de comunicación. Lo pueden hacer con el político, con el economista, con el empresario; esto se trata finalmente de información y todos sabemos que la información es poder”.

Para mi es una de las cosas más graves que ha ocurrido en los últimos tiempos. El diario ABC ha comprobado de qué manera espiaron el celular de la compañera. Consiguieron reportes completos de a quiénes se llamaba y quiénes llamaban. Espiaron el 2 de julio el celular corporativo, el 4 de julio el mismo sistema para investigar el celular personal, el particular. Yo recuerdo todavía esa tarde cuando confirmábamos la información que ya veníamos rastreando; veníamos siguiendo de cerca”.

“Lo que nunca se nos ocurrió es que esta gente iba a espiar sin permiso judicial los celulares de la compañera. Eso no pasó por nuestra mente ni en el peor escenario, hasta el día que nos avisaron que había ocurrido y empezamos a investigar y terminamos confirmando. Es uno de los escándalos más graves de estos tiempos democráticos”, decía Mabel Rehnfeldt en el 2016, al hablar de un pinchazo telefónico realizado sin la autorización de un juez competente.

Ahora, su postura cambió radicalmente. No solamente considera legal grabar sin orden judicial sino que, además, hace campaña para que todos los involucrados sean expulsados de sus funciones e inmediatamente encarcelados. Aplica la vieja fórmula stronista de “Para los enemigos, guacha; para los amigos, la ley”. ¡Vaya coherencia!

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