Dando una vuelta al pasado y retornando a tiempos oscuros del país y del fútbol, el verborrágico presidente de Olimpia, Marco Trovato, resucitó el cuento de la “Rosca Maldita” con la que Osvaldo Domínguez le hizo “chake kukulele” a toda una generación de dirigentes deportivos.
ASUNCIÓN.- Trovato, como hace 4 años Recanate, volvió al antiguo discurso dominguista para ocultar las falencias de un equipo del que dijo “fue solventado con el dinero del presidente” y que la verdad es que no está respondiendo a la altura de sus antecedentes. Esa situación le volvió loco al presidente franjeado, quien ayer al mediodía se enfrascó en una áspera discusión con periodistas de un reconocido programa radial capitalino.
CULPABLES: LOS ÁRBITROS
Lejos de reconocer la impotencia de su equipo, esgrimió primero a través de las redes sociales y en vivo pos radio después, una sarta de supuestos errores del que dirigió el encuentro contra Rubio Ñu, aduciendo entre otras cosas que “Todo está orquestado por la rosca mafiosa” enquistada en la APF y acusó a su presidente de ser el cabecilla “si es que no soluciona la situación”.
La verdad es que el presidente de Olimpia se excedió en sus acusaciones y aunque el árbitro tuvo sus errores, recordó solamente los que fueron en contra de Olimpia y dejó el tintero los que le favorecieron, que los hubo, en idéntica proporción. Pero hay que convenir que el arbitraje fue deficiente, para el espectáculo en general.
Para Trovato los errores del árbitro no son sino la voluntad de la “rosca maldita” que está en contra de su club. “Esta misma rosca fue la que ha lastimado y perjudicado al Olimpia desde hace muchos años”, soltó. Obviamente olvidó decir que durante la presidencia de Domínguez y los mejores momentos de la “rosca”, Olimpia obtuvo 14 campeonatos locales y dos Copas Libertadores de América…
PELOTA AL PISO
En un partido caliente, y este lo es, aunque fuera de la cancha, hay que parar la pelota, ponerla al piso y empezar todo de nuevo. Los tiempos del mbareté, del “cháque” ya pasaron. El arbitraje ha sido así desde tiempo inmemorial. Aquí y en todo el mundo. Solo que algunos no tienen una visión global del fútbol y ven solo lo que pueden a través de su propio cristal.
Y como dicen los brasileños “No adianta chorar”, la cosa ya está hecha. Y con actitudes de mita’í “pelotajára” no iremos a ninguna parte. Para ser campeón hay que ganarle al enemigo, al árbitro, a la rosca y a todos. Y si no se puede, lo mejor es callar. Así nomás.