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JUAN E. O’LEARY. El agente fiscal Miguel Ángel Alvarenga dispuso que un menor de edad, de 7 años, fuese sometido a inspección médica, atendiendo a las marcas de apremio físico, causadas presumiblemente con cinto, que se observaban en la espalda del chico. El niño refirió que no quería volver a su hogar porque fue su padrastro quien lo castigó. Añadió que no era la primera vez que le pegaban así y que lo obligaban a trabajar en la calle como vendedor ambulante.

Ante esta situación, el fiscal dispuso que el nene fuera derivado hasta la Defensoría de la Niñez, desde donde, a su vez, decidieron dejarlo bajo resguardo temporal a cargo del pastor Isaías Jacob.

Todo esto comenzó en la ante víspera, cuando vecinos del barrio Santa Lucia, de este distrito, repararon en el menor, quien deambulaba por la calle, llorando y gimiendo de dolor. Ante esta situación, los pobladores llamaron a la Comisaría 11ª jurisdiccional y agentes se constituyeron en el sitio, corroborando el estado del nenito.

Seguidamente, los uniformados informaron al citado agente fiscal, y la máquina comenzó a moverse. El chico fue llevado a inspección médica y, a pesar de que manifestaba su deseo de ir a vivir con una tía en Raúl Arsenio Oviedo, terminó bajos los cuidados del mencionado religioso.

Ya ayer, la madre del niño compareció ante la fiscalía y aparentemente el fiscal Alvarenga la procesaría por violación del deber de cuidado. En lo que respecta al presunto agresor, el padrastro, él desapareció. No se lo considera prófugo todavía, pero se encuentra con paradero desconocido.