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ASUNCIÓN.- Luego de lo ocurrido en las últimas semanas, en donde Enrique Riera apeló una y otra vez a la “camaradería” de sus colegas senadores para apurar el tratamiento del acuerdo constitucional que le permitiría ser embajador ante la OEA, lo que fue categóricamente rechazado por los abdistas y luguistas, la cosa parece cada vez más complicada ya que, aunque el tema quedó para el próximo jueves, hay muchas dudas de que vaya a ser aprobado.
Nadie entiende muy bien cuál fue el motivo por el que el presidente Mario Abdo Benítez decidió que Riera nos represente ante la OEA. Jamás tuvieron relación cercana, por lo menos de manera pública y, lo que es más grave, la bancada abdista del Senado intentó de todas las formas posibles convencerlo para que no lo hiciera. Pero no hubo caso, la solicitud de acuerdo se presentó y fue postergado hasta el hartazgo, perjudicando no solo al colega sino a otros 6 candidatos que están propuestos para ocupar importantes embajadas vacantes.
Hace tiempo que Riera se corta solo en la cámara, puesto que salió del cartismo pero no se acercó al abdismo, con el que sigue manteniendo diferencias muy fuertes. Fue el propulsor de la pérdida de investidura de Rodolfo Friedmann, algo que oficialistas como Lilian Samaniego (presidenta de RREE) no están dispuestos a perdonar.
En la izquierda tampoco se lo quiere ya que siempre se mostrara abiertamente de derecha y defensor a ultranza de la propiedad privada, por lo que el Frente Guasu y el PDP también le pusieron la cruz. De hecho, Desirée Masi ya anunció públicamente que votará en contra de su designación.
Aunque está previsto que se trate el acuerdo para la designación de 7 nuevos senadores el jueves 9, no se descarta que sufra nuevamente una nueva postergación. A sabiendas de que después solo queda una sesión ordinaria, el tema hasta podría quedar para el próximo año.
