El, hasta hace una hora, todopoderoso Javier Armando Rotela, líder del clan que lleva su nombre y que maneja todo el microtráfico de drogas en Asunción y Central, tenía 2 anillos en Tacumbú, con 700 presos que trabajaban para él, lo que le permitía manejar a su antojo el penal.
Según rumores no confirmados, Rotela tenía un teléfono rojo que lo comunicaba directamente con altas autoridades, lo que podría explicar la inacción gubernamental durante los últimos 5 años, que permitió que su organización creciera de manera impresionante en las penitenciarías de todo el país, sentando sus reales en Tacumbú.
🔴 #URGENTE | Momento en el que sacan a Armando Javier Rotela de la Penitenciaría de Tacumbú
🗣️ "Por favor señor César Silguero" dice y luego lo hacen arrodillar.
El líder del clan Rotela será trasladado al Penal de Viñas Cué.#OperaciónVeneratio #1330AM 📻 pic.twitter.com/mVg834OpqV
— Radio Chaco Boreal (@1330am) 18 de diciembre de 2023
El primer anillo del criminal constaba de 110 reos armados, perros pitbull, explosivos, bombas molotov y armas blancas; mientras el segundo tenía 590 internos, que se encontraban dispersos en varios pabellones de Tacumbú, dispuestos potencialmente a entrar en combate.
Todo esto figura en informes de Inteligencia Policial, que sostiene que el trabajo de relevamiento de datos produjo importantes informaciones acerca de la fuerza operativa del criminal.
La pandilla interna del clan Rotela se parapetaba en el pabellón D, el que hasta ahora era el bastión inexpugnable del líder de la Agrupación, y que desde hace años maneja desde ese sitio, una extensa red de traficantes de drogas y de “servicio” de sicariatos en Asunción y Central.
Los reos de la “Jungla” (denominación asumida por el clan) mantenían un sistema de guardia dentro del penal, desde el inicio del nuevo gobierno, habida cuenta de filtraciones que llegaron hasta ellos, de que se estaba gestando plan para extraer a Rotela y depositarlo en otro reclusorio.