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ASUNCIÓN. Cerca de 100 fieles violaron hoy la cuarentena para participar de una misa oficiada por el sacerdote Ángel Arévalo, quien justificó la violación a la ley y el riesgo de transmisión del COVID-19, diciendo que “no podía echarlos” y que “cumplió con todas las medidas para evitar el contagio”.

El oficio religioso se celebró en la Parroquia Virgen del Carmen de la capital del país, para recordar el Día de la Divina Misericordia. Antes, el cura realizó una procesión por los alrededores, lo que igualmente fue acompañada por el grupo de personas que luego ingresaron masivamente al interior del templo; algunos con barbijos y otros no.

El sacerdote dijo que la celebración se realizaba a puertas cerradas y se transmitía a través de Facebook, pero que tras la procesión, los fieles ingresaron al interior de la parroquia para presenciar la misa.

“Nos vimos rebasados y como no podía echarles de la iglesia, entonces pedimos que se dispersen y se sienten en cada punta”, señaló Arévalo.

Subrayó: “Antes se les dijo que se queden en sus casas, pero por ser un día especial y quizá por la añoranza, les llevó a tomar el coraje e ir a la iglesia”.

El curapárroco aseguró que son menos de 100 personas, que serían aproximadamente 70. Afirmó que se tomaron todas las medidas de precaución, se tomó distancia, se dispuso que utilicen todos alcohol en gel y usaron mascarillas. Aunque según el portal digital HOY, algunos se quitaron el tapabocas.

Además de existir una ley que prohíbe la aglomeración y dispone guardar cuarentena estricta, el Arzobispado de Asunción dispuso que las misas se realicen a puertas cerradas, lo que fue igualmente infringida por el sacerdote Ángel Arévalo, por lo que corresponde una sanción tanto por parte de la cúpula de la iglesia, como también una investigación fiscal.