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ASUNCIÓN.- Se acerca el receso parlamentario y el diputado liberal Carlos Portillo sigue firme y campante en el cargo, gracias a la “trampita” de una Ley que reglamente la pérdida de investidura. Los miembros de la Cámara Baja se creen tan pulcros, mientras al presidente de la República se lo puede destituir de un plumazo, al amparo de lo que dice la Constitución, sin reglamentar nada.
En enero de este año el juez interino Gustavo Amarilla admitió la imputación y procesó al diputado Carlos Portillo (PLRA) por tráfico de influencias, soborno, cohecho pasivo y asociación criminal. El pedido estuvo a cargo de la fiscala Lilian Alcaraz.
Según los datos, la palabra y decisiones de Portillo supuestamente influían en algunos casos judiciales que estaban en proceso en los tribunales de su departamento, Alto Paraná. En uno de los audios al diputado se lo escucha charlar con la contadora Auda Fleitas de Giménez, quien está procesada por los hechos punibles de producción de documentos no auténticos y estafa.
Por su parte, Portillo admitió que esa conversación se realizó, no obstante, niega que haya sido con el fin de influir en algún trámite judicial. Desde el grupo político de Portillo, el Partido Liberal Radical Auténtico, solicitan que sea castigado con la pena máxima por los hechos en que está incriminado, pero aparentemente fue solo una “cortina de humo”, porque también lo están protegiendo.
Por otra parte, la pérdida de investidura sigue siendo toda una incógnita. Con la intención de seguir dilatando el tratamiento de la pérdida de investidura del diputado liberal y otros posibles casos, la Cámara Baja pidió hasta dictámenes de juristas sobre cómo deben proceder.
Las bancadas mayoritarias, tanto de la ANR, como del PLRA, cuyos diputados son los más afectados por procesos judiciales, ya cerraron filas con esta propuesta y la intención es detener el tratamiento de la pérdida de investidura de Portillo lo más que puedan.
