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CAACUPÉ. Tal como ocurriera en el 2020, la celebración del Domingo de Ramos, que implica el inicio de la Semana Santa, se realizó a puertas cerradas en todos los templos católicos del país. Pero a diferencia de lo que ocurrió hace un año, tanto la curia como la feligresía parecen haberse resignado a renunciar a la religiosidad popular tan característica de estos días, y ahora recurren a Internet para seguir la tradición.
En Caacupé, lugar que suele concentrar un alto número de personas en estas fechas, el templo permaneció vacío y en soledad, el obispo, monseñor Ricardo Valenzuela, pidió a los fieles aferrarse a Jesús para sobrellevar estos tiempos difíciles.
En este Domingo de Ramos se centró en la negación de Pedro y la traición de Judas hacia Jesús, y expresó que “no es necesario mucho esfuerzo para darse cuenta de que estas dos historias nos afectan muy de cerca. Cuántas veces también tenemos que decir que nosotros hemos actuado como Pedro, prefiriendo escondernos entre la multitud para no correr peligro”.
Añadió que que “nadie puede decir que no comete traiciones hacia Jesús. Sin embargo, pese a cualquier circunstancia Dios se compadece del hombre”.
“Jesús va a morir místicamente de nuevo por nosotros esta semana. Digamos también nosotros, como en su momento lo dijo el apóstol Santo Tomás, vayamos y muramos también con él. El señor nos tiene reservado a cada uno un lugar en la mansión y pidamos al señor que nos prepare para poder habitar dignamente con él para toda la eternidad”, finalizó su homilía del Domingo de Ramos.
