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ASUNCIÓN.- La senadora por el Frente Guasu, Esperanza Martínez, evitó responder sobre preguntas relacionadas con Nicolás Maduro con la excusa de que estaba harta de que siempre se le pregunte lo mismo. En realidad, fue su partido el que, públicamente, dio su apoyo al dictador venezolano, en momentos en que la comunidad internacional le manifestaba su repudio. Al parecer, a la legisladora le agarró un dejo de vergüenza.
Martínez se mostró molesta por las consultas de los periodistas acreditados en el Senado, y preguntó si “no hay otro problema en Paraguay”. En realidad, el problema de Maduro no es con Paraguay, sino con los venezolanos y la comunidad internacional, que no quiere seguir permitiendo una dictadura en la región.
Lo que parece haber olvidado Esperanza es que, si se le insiste en hablar del tema es porque ella y sus compañeros de bancada “dieron papaya” al apoyar públicamente a alguien que tiene el repudio internacional. Si, a pesar de todas las evidencias del nefasto régimen venezolano, ellos insisten en proclamar a Maduro como el superhéroe de la democracia y las libertades, a pesar de que tiene presos políticos, exiliados y al pueblo muriendo de hambre.
Pero Martínez debe pensar que, como es senadora y no pertenece a los “comunes” puede tener esos gestos altaneros y despreciativos hacia los periodistas, así que, cuando se le volvió a consultar su opinión sobre Venezuela y los últimos acontecimientos, tuvo el desparpajo de responder:
“Lo que quiero saber nomás es, ¿No hay otro problema grave en el Paraguay que tratar, que no sea el tema Maduro? La crisis económica y los violentos desalojos, por ejemplo”.
“Jamás me llaman a preguntar otra cosa que no sea el tema Maduro. La posición es clara y no hay necesidad de reiterar. Yo les pediría que nos preocupemos por los problemas del Paraguay. Ya suficiente apoyo le dio el presidente a Venezuela”, respondió, de manera atrevida, hasta animándose a recomendar a los periodistas el tipo de preguntas que debían hacerle.
A lo mejor su petulancia es pura fachada, y lo que ocurre realmente es que la senadora luguista siente vergüenza por haber manifestado su apoyo a un régimen dictatorial, habiendo presumido siempre de ser una luchadora contra la dictadura. Seguramente no se animó a enfrentar a su líder, Fernando Lugo, por lo que firmó el comunicado a favor de Maduro, al igual que todos los demás legisladores de Frente Guasu.
