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ASUNCIÓN. El director de Vigilancia de la Salud, doctor Guillermo Sequera, reconoció que la gestión externa para la obtención de las vacunas es muy difícil, porque las negociaciones “van mucho más allá del dinero que se tenga. Son otras las negociaciones. A veces el factor ideológico facilita las cosas, como ocurrió con Bolivia”.
En conversación con Tempranísimo, por la 970 y GEN, reconoció que también hay problema de gestión, y añadió que “yo recuerdo mucho insistir como equipo en la necesidad de aliarnos. Y no con Argentina y Brasil, que si les sobra van a dar. Juntarnos con países pequeños, hacer alianza con Uruguay, con la carátula de que somos los que mejor hicimos las cosas. Yo sé que todos los embajadores se involucraron. La Cancillería estuvo siempre apoyándonos, pero es difícil cundo los otros países tampoco quieren. Llama la atención porque estan en la misma situación que nosotros pero no les interesa”.
“Apostar todo a Covax, confiar en todos los países del planeta, fue un error. Veíamos que las compras se iban asegurando para los países más poderosos. Es difícil ser Paraguay en la geopolítica internacional”, expresó.
Confirmó la cantidad anunciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 378 mil dosis para Paraguay. En cuanto a cuánto más nos costaría en vidas estar sin vacunas, dijo que algunas proyecciones hablan de que en total serán aproximadamente 4 mil muertes las que tendrá el país a causa del Covid-19, pero que todo dependerá de la cantidad de dosis de la vacuna que se podrá aplicar a la ciudadanía.
“Depende mucho si vamos a vacunar al 30% o al 1%, como el resto del mundo. Si ese va a ser nuestro ritmo, en dos meses vamos a disminuir el 1% de los fallecidos. Si llegan muchas dosis y en un mes vacunamos a 600 mil personas, ya casi el 10% de nuestra población, vamos a tener menos muertos”, explicó.
También asumió la necesidad de realizar campañas de enseñanza sobre la vacuna, ya que una encuesta sobre la desconfianza que genera, demuestra que Paraguay está muy mal, en los últimos lugares.
“Yo creo que la gente está cansada de los números; quiere más historias personales, que les cuenten, que les toquen las emociones, hartos de los números, eso ya no entra más. Hay que ser más creativos”, concluyó.
