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CURITIBA.- “Yo recibí una orden de arresto del Tribunal de Apelaciones. Así que sólo cumplí con la orden. No tenía la opción, de no hacerlo”, aseguró el juez Sergio Moro, quien condenó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, por corrupción y lavado de dinero.
El magistrado dijo no sentirse “muy cómodo” de tener que responder preguntas específicas sobre la condena de 12 años y un mes de prisión. De todos modos, aclaró por qué la sentencia se ejecutó con tanta rapidez.
“Él ya estaba condenado por lavado de dinero y corrupción. Y uno tiene que hacer cumplir la sentencia. Es así de simple. No veía ninguna razón específica para posponerla”, declaró el magistrado.
Moro, responsable por la investigación del gigantesco escándalo de corrupción estatal Petrobras, ordenó el arresto del expresidente el pasado jueves. Un día antes, la Corte Suprema de Justicia le había negado el habeas corpus solicitado por la defensa de Lula, para que éste permanezca en libertad hasta que su proceso fuera discutido en tercera y última instancia.
La legislación brasileña establece que un condenado por un tribunal colegiado, al que no le quede derecho a presentar más recursos en segunda instancia, puede comenzar a cumplir la condena aunque tenga la posibilidad de apelar en juzgados superiores.
