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ASUNCIÓN. “Mamar” en las escuelas las diferencias entre la dictadura y la democracia, es una fórmula para preservarse del autoritarismo, sostienen educadores e intelectuales, a 31 años de la caída del régimen stronista y la reimplantación de las libertades públicas. El historiador David Velázquez Seiferheld señala en ese sentido que se verificó un relativo avance en cuanto a delinear a un sistema del otro. Pero que se adolece de profundidad a la hora del abordaje.

“En escuelas se enseña lo que ocurrió en la época de Alfredo Stroessner. Cada vez se cataloga con más claridad que fue una dictadura, pero no se profundiza la educación, la situación social y otros aspectos durante ese período”, declara el mismo a la emisora 1080 AM.

A manera de ejemplo Velázquez Seiferheld subraya que el concepto de verticalidad autoritaria, ya se absorbía en las escuelas.

“Hubo reglas de que en clases no se podía discutir sobre cuestiones de Estado, política u organizar huelgas con la amenaza de expulsión y exclusión del sistema educativo”, apunta.

El historiador rememora un capítulo de la historia en que se prohibía el guaraní en las escuelas, so pena de recibir palizas ante cualquier infracción a ese mandato.

“Según memoria de Juan Crisóstomo Centurión, hablar en guaraní tenía un castigo de 5 azotes y frente a todos porque el castigo debía ser ejemplar”, dice.

“Hay expresiones de autoritarismo desde siempre. Desde el momento de Independencia hasta la Guerra del ’70, se imponen modelos que establecen reglas y métodos que estructuran una realidad educativa”, concluye.