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ASUNCIÓN. Se llama Aldo Zuccolillo, como el fallecido fundador del diario ABC, y es miembro de la Confederación de Transportistas del Paraguay (Contrapar), gremio diferente a la Cetrapam pero, aparentemente, con los mismos vicios en lo que se refiere a negar cualquier tipo de beneficio a la ciudadanía, que pudiera implicar menos ganancia para ellos.

Según este transportista, no se puede hablar de reducir el precio del pasaje a pesar de que la baja del combustible y que se deben tener en cuenta otros indicadores para sacar el costo del sistema, por lo que calificó la posibilidad de reducción como “una decisión apresurada”.

Lo que no pudo explicar Zuccolillo es por qué, cuando sube el precio del combustible, el aumento del pasaje es casi inmediato y no se tiene en cuenta ningún otro indicador del sistema.

“En condiciones normales como por ejemplo, si era marzo del 2019, con la baja de combustible que se dio, el pasaje debería haber bajado también 100 guaraníes. Pero hoy, la cantidad de pasajeros es mucho menor a lo que solía ser”, dijo el transportista.

Dijo que a su gremio le interesa la obligatoriedad del uso del billetaje electrónico en todas las unidades del transporte público, lo que también ayudaría a controlar la cantidad de personas que suben, porque “todo lo que se logró con la cuarentena se podría echar a perder si un solo pasajero infectado sube a uno de los ómnibus, contagiando al chofer y a otros pasajeros”.