ADN Digital
Artículos relacionados
SANTIAGO DE CHILE. Chile inició ayer miércoles un nuevo proceso para reemplazar la Constitución redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Es el tercer intento en cinco años por dejar atrás uno de los principales legados de ese período cuyas heridas siguen abiertas.
La Cámara de Diputados aprobó por una amplia mayoría y en último trámite la reforma constitucional que habilita el proceso para redactar a lo largo de este año una nueva Carta Magna.
Por 109 votos a favor, 37 en contra y 2 abstenciones, los diputados aprobaron entre aplausos la reforma, que establece que el nuevo órgano que redactará la propuesta de Ley Fundamental estará integrado por 50 personas elegidas por la ciudadanía y contará con el apoyo de un comité de expertos designados por el Congreso.
Los votos en contra vinieron principalmente de los parlamentarios del ultraderechista Partido Republicano y del liberal Partido de la Gente, que no participaron en las negociaciones del año pasado.
Esta ley permite iniciar un nuevo proceso constituyente, después que el 61% del electorado rechazó el 4 de septiembre pasado un proyecto elaborado por una convención que había sido elegida en un 100% por el voto ciudadano.
Ese rechazo fue un golpe al gobierno de Gabriel Boric, seis meses después de asumir, pues el presidente era un firme defensor del nuevo texto constitucional, aunque admitió que varios de sus artículos eran polémicos o podían generar rechazo.
