ADN Digital
Artículos relacionados
Luego de que los añetete amenazaran a los miembros del Tribunal Superior de Justicia Electoral de someterlos a juicio político por intervenir en el conflicto de Ciudad del Este, la interventora recurrió a ellos para que digan quién es el intendente de la ciudad, a lo que el colegiado respondió que no es competencia suya definir el tema. El oportunismo del oficialismo resulta cada vez más evidente.
ASUNCION. Por fin parece que la interventora, María Carolina Llanes, entendió que hay cuestiones en las que no puede meterse, o por lo menos decidió no hacerlo porque la situación está muy complicada.
Desde que mayoría de la Junta Municipal aceptó la renuncia de la intendenta Sandra McLeod y nombró nuevo intendente a Celso Miranda, el conflicto -que desde hace tiempo tiene parada a la capital del Alto Paraná- recrudeció de tal manera que Llanes, que puede ser buena jueza, pero pésima interventora, ya no sabe qué hacer.
De hecho, a ella no le corresponde hacer nada, ya que su papel terminó en el momento en el que entregó su dictamen a la Cámara de Diputados, pero como parece que le encanta estar sentada en el sillón de la Intendencia, sigue metiendo las narices en donde no le llaman.
Así que, cuando ya ni siquiera debería estar en la ciudad, Llanes dijo que ella no podía decidir quién era el intendente (como si alguien se lo hubiera pedido) y por eso recurrió a los integrantes del TSJE, el mismo tribunal cuyos miembros fueron amenazados por el oficialismo, justamente por meterse en el conflicto esteño. Y el Tribunal Electoral respondió lo único que podía decir, que no le compete definir el tema, ni señalar cuál es el estamento que debe hacerlo. La Justicia Electoral está para convocar, organizar y juzgar elecciones (a pesar de eso quisieron someter a sus miembros a juicio político) y no para solucionar conflictos generados por la excesiva ambición de ciertos sectores.
El conflicto actual no es por la situación irregular de la administración municipal, puesto que la mayoría de la junta decidió aceptar la renuncia de McLeod y nombrar a Miranda como nuevo intendente. El problema está en la manipulación permanente de sectores que responden a añetete, que son los que tienen a la ciudad en vilo y se pasan convocando a la ciudadanía para manifestaciones que solo buscan aumentar la crispación, intentando provocar una convulsión, lo suficientemente fuerte como para que haya un enfrentamiento que obligue a intervenir a las fuerzas del orden.
Caos es lo que buscan tanto oficialistas como opositores, que han tomado a la administración municipal de CDE como un botín de guerra, del cual quieren apropiarse a toda costa, alegando que su interés está en la “transparencia” y la “lucha por la corrupción”, y no en donde verdaderamente está, en el presupuesto del que dispone la capital del Alto Paraná.
