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NOTTINGHAM, Inglaterra.- Se llama Vanellope, y nació con el corazón, literalmente, afuera del cuerpo. Tenía 10% de posibilidades de sobrevivir. Pero casi 10 meses después, tras tres operaciones, pudo ir a su casa por primera vez.
Su tórax parecía la escena viviente de un dibujito animado. Esa en la que el personaje se enamora y el corazón se le salta y comienza a latirle por fuera. Aunque en el caso de Vanellope no había lugar para el humor.
Una malformación genética hizo que naciera sin costillas y sin esternón. Eso fue el 22 de noviembre de 2017. Su condición se llama ectopia cordis, una enfermedad extremadamente rara, definida como “una posición anormal del corazón fuera del tórax”, que puede darse de forma parcial o total. En el caso de esta beba de Nottingham, Inglaterra, el corazón estaba completamente fuera de su cuerpo.
La primera medida de los médicos del hospital Leicester Royal Infirmary fue colocarle un “chaleco” especial creado con una impresora 3D que contenía el órgano y lo protegía de los posibles daños de estar expuesto. Luego fue operada tres veces. Aún restan más operaciones. Con su propio cartílago o con uno sintético, los médicos deben construirle una caja torácica.
Cuando cumplió seis meses, Vanellope fue trasladada al Queen’s Medical Centre, más cerca de su hogar, en Bulwell.
“Queda a unos minutos de casa, así que podré venir a verla todos los días y traer a sus hermanos para que se involucren y aprendan cómo deben cuidarla cuando finalmente pueda vivir con nosotros”, había dicho en ese entonces su madre, Naomi Findlay (32), a la cadena BBC. Ese momento llegó. Pero no como lo esperaban.
