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El centro de Río de Janeiro vivió una nueva jornada de incidentes y enfrentamientos entre agentes de la Policía Militar y manifestantes, a raíz de las protestas contra los recortes a los funcionarios públicos que quiere implementar el gobierno del Estado de Río, en manos del oficialista PMDB.
RÍO DE JANEIRO.- Las protestas tienen lugar debido al retorno al trabajo de los diputados de la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro (Alerj), que hasta ahora estaban de vacaciones de verano.
Las manifestaciones, frecuentes en los últimos meses, volvieron con fuerza: un autobús fue incendiado en la avenida Río Branco —una de las principales del centro— igual que varias papeleras, y además fue dañada una oficina del banco Santander.
Se trata de la primera protesta este año en contra de los recortes que propone el gobernador, Luis Fernando Pezao, tras las realizadas en noviembre y diciembre pasado en contra de las medidas de austeridad.
El pasado mes de junio, antes de organizar los Juegos Olímpicos, el gobierno de Río de Janeiro decretó el estado de “calamidad pública” en sus finanzas debido a la imposibilidad de cumplir con los compromisos económicos.
Tras unos discursos en contra del que denominan ‘paquete de maldad’, los manifestantes derribaron las vallas que rodeaban el Palacio de Tiradentes, lo que supuso el comienzo del enfrentamiento con la Policía, que atacó con gases lacrimógenos y pelotas de goma, según medios brasileños.
Varios trabajadores de la Cedae participaron en la protesta ya que el gobierno privatizará la compañía próximamente, uno de los requisitos impuestos por el gobierno federal a cambio de recibir ayuda financiera.
También hubo presencia de estudiantes de las universidades que gestiona el Estado de Río y de los bomberos, además de otros cuerpos policiales, profesores de la red pública y funcionarios que se ven afectados por los recortes, además de recibir sus salarios con retraso desde hace tiempo.
