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ASUNCIÓN. El gobierno de Mario Abdo Benítez sufrió una nueva derrota. Usó el caso de Juan Arrom, Anuncio Martí y Víctor Colmán como una bandera de su “exitosa gestión”, pero hasta ahora (y la posibilidad prácticamente se disipa) no logró traer ante la justicia a los acusados por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi. Los tres presuntos criminales estaban en carácter de asilados en Uruguay, pasaron por España y ahora obtuvieron refugio político en Finlandia. Contaban con documentos de la ONU para desplazarse legalmente por todos estos países.

“No fue una fuga, fue una salida natural y legal del territorio uruguayo”, aclaró en ese sentido el fiscal de Asuntos Internos, Manuel Doldán, a Universo 970 AM.

Destacó que los tres “se movilizaron libremente por Uruguay con un refugio concedido por el gobierno de ese país. Para salir, abordaron un vuelo comercial. Contaban con documentaciones concedidas por las Naciones Unidas (por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados-ACNUR). Además, la Interpol levantó el código rojo a pedido de los defensores de Arrom, Martí y Colmán”.

“El Control de Ficheros de la Interpol decidió de forma unilateral levantar el Código Rojo”, dijo Doldán.

Para el procurador general de la República, Sergio Coscia, “Uruguay los dejó escapar”.

Reveló que la justicia uruguaya nunca le dio participación a los abogados uruguayos contratados por Paraguay para la cuestión del refugio, solo tenían participación del pedido de extradición.

Afirmó que “se demuestra que personajes de izquierda tienen todo el poderío, la justicia uruguaya obra en consecuencia y estas personas viajan a Helsinki, lo más lejos de Paraguay, donde será más difícil de traerlos”.

EL LOGRO DEL GOBIERNO QUE NO SE CONCRETÓ

En su primer informe anual, el Gobierno de Mario Abdo Benítez incluyó como uno de los grandes logros desde el 15 de agosto del año pasado el caso de los prófugos por secuestro Juan Arrom y Anuncio Martí. El propio ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, a boca llena hablaba de ese “mérito”, pero hasta ahora siguen siendo burlados por los presuntos secuestradores, quienes lograron acomodar la situación a sus intereses, mientras el gobierno paraguayo “llueve sobre mojado”.