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ASUNCIÓN.- Cañas Paraguayas S.A. (Capasa), que desde 1909 existe como industria dedicada a la fabricación del aguardiente nacional, habilitó un museo sobre la historia de la institución que en un principio fue fundada por la Asociación de Destilerías. Hoy esta industria, luego de haber superado difíciles momentos, brinda mano de obra de forma directa e indirecta a 40.000 personas, dijo su presidente Lic. Jesús Lara.
“Consideramos que es un lugar emblemático, aparte de lo que significa el producto, es importante abrir nuestra casa, para toda la gente que necesita saber de cultura e historia, fue un palacete municipal en su tiempo, fue escuela de guerra, tiene su rica historia, consideramos oportuno abrir las puertas al público en general” afirmó.
La industria comenzó con el nombre antes citado, luego se convirtió en Copal (Compañía Paraguaya de Alcoholes), posteriormente se transformó en APAL (Administración Paraguaya de Alcoholes) para finalmente convertirse en lo que hoy es Capasa (Cañas Paraguayas Sociedad Anónima).
La caña paraguaya siempre ha sido bien apreciada y tiene sus particulares “recetas” en tiempos invernales. Quién no recuerda lo bueno que es un poco de Aristócrata con pomelo y miel de abeja para combatir resfriados en los adultos.
Y todo se debe, a ese gran y particular sabor, generado en sus añejamientos en productos con 12 y 16 años que es una de las últimas producciones que han desarrollado en cubas de roble en un sitio, ubicado detrás de la Armada, mencionó su titular.
