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En Luque existen cerca de 100 asentamientos en situación irregular y se constituyen en una verdadera bomba de tiempo, según manifestó el intendente municipal de la ciudad, Carlos Echeverría. Asimismo, sostuvo que los líderes de las ocupaciones sabían hace meses que iban a ser sacados del lugar, tras el desalojo registrado el miércoles en la compañía Isla Bogado.
LUQUE.- Las ocupaciones, los asentamientos, son realmente serios problemas para las municipalidades, porque son como depósitos humanos, que requieren de servicios básicos, de vías de acceso y las planificaciones ya no se pueden hacer.
Los ocupantes se instalan de manera muy desordenada y en algunos casos, si se llega a formalizar un asentamiento, ya es imposible el ordenamiento, por lo que resulta difícil abrir calles en condiciones y menos se pueden dejar espacios públicos.
El intendente de Luque, Carlos Echeverría, informó que en su municipio hay cerca de 100 asentamientos en situación irregular y que esta situación social se está convirtiendo en una bomba de tiempo, no obstante, enfatizó que muchos de estos poblados han regularizado su situación.
A raíz del violento desalojo de centenares de personas, del predio de Copaco, en la compañía Isla Bogado de esta ciudad, de vuelta se ponen al tapete los serios problemas y la triste realidad.
Del centenar de asentamientos en la ciudad, unos 80 estarían de forma irregular. Sus ocupantes están instalados en propiedades privadas y solo alrededor de 20 fueron regularizados porque sus anteriores dueños accedieron venderlas al Estado.
Volviendo al suceso del miércoles, Echeverría dijo que era inevitable, debido al capricho de los líderes del asentamiento, “ellos sabían hace meses que iban a ser sacados del lugar”, manifestó y dejó entrever que este tipo de procedimientos podría seguir, porque en la ciudad hay más del centenar de ocupaciones irregulares.
Echeverría recordó, además, que representantes del asentamiento, en el predio de Copaco, pidieron reunirse con él hace cinco meses. En dicho encuentro, el jefe comunal les indicó la situación del inmueble, en donde finalmente se instalaron, y le advirtió que tarde o temprano iban a ser desalojados.
Remarcó que pese a esta advertencia se instalaron en el lugar, lo que más lamentó fue de que los dirigentes embaucaron a muchas familias que, según la información que maneja, llegaron a pagar entre G. 1.500.000 y G. 5 millones a estos líderes para que puedan asentarse con la promesa que como sea iban a conseguir el título de la propiedad.
En este momento, las personas desalojadas están en la vereda del inmueble de Copaco, sobre la calle Campo Vía.
