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ASUNCIÓN. No le fue nada bien a Patria Querida en el Congreso durante la semana que pasó, ya que de manera consecutiva fueron rechazados dos proyectos suyos; en Diputados, el que modifica la Carta Orgánica de la Policía, y en el Senado el que aumenta el número de suplentes de la cámara, que tiene 45 titulares, pero solo 30 suplentes.
El argumento de Georgia Arrúa al fundamentar a favor del proyecto es que la misma Constitución dice que el número de legisladores puede aumentar si aumenta la cantidad de electores inscriptos en el Registro Cívico Nacional, y que desde 1992 (año de sanción de la Constitución) hasta ahora, la cantidad que aumento es mucha.
Este planteamiento es muy peligroso, como lo reconocieron algunos constitucionalistas, entre ellos el senador liberal Eusebio Ramón Ayala, puesto que, si se cumple el requisito para aumentar el número de senadores suplentes, no habría ningún inconveniente para que ocurriera lo mismo con los titulares, tanto del Senado como de Diputados.
En este país, en donde la mayoría de su población laboralmente activa no llega al salario mínimo y la asimetría que existe entre la ciudadanía y los legisladores es grosera, ya, de por sí, 45 senadores y 80 diputados son demasiados y cuestan una verdadera fortuna al erario público, no solo por sus millonarias dietas de más de 30 millones de guaraníes cada uno, sino por todos los demás beneficios como seguro médico VIP, jubilación VIP, cupos de combustibles y otras “lindezas” que debemos tragarnos permanentemente.
Pero sabemos de la angurria de la clase política así que no sería de extrañar que a algún trasnochado se le ocurra utilizar el planteamiento de Patria Querida para proponer el aumento de senadores o diputados, o de ambas cámaras, lo que sería catastrófico –más aún- para todos.
