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ASUNCIÓN.- Mucha gente insiste en la norma no escrita de darle 100 días de gracia a un nuevo gobierno, fundamentalmente en lo que hace a su gabinete. Dicen que ningún presidente cambia a un ministro antes de completar ese período.
Y está bien cumplir con las formas, si no se pierde de vista que el objetivo del gobierno debe ser consolidar un mejor país para los habitantes del mismo, así que, darle demasiado importancia a esa famosa regla no escrita podría resultar contraproducente, si uno analiza la cantidad de cosas que se podrían estar haciendo, a nivel gubernamental, y que no se hacen porque los escogidos para llevar la batuta son incapaces, inoperantes y/o deshonestos.
Hay una gran coincidencia en que la selección de Marito no llega ni a la precalificación. Así que lo mínimo que deberá hacer, aun guardando las formas de los 100 días, es tener ya preparada una lista de quienes deberán ser cambiados rápidamente, y los que los suplantarán. Esperemos que esta vez pesen más el conocimiento, la capacidad y la honestidad de los candidatos, y no cuánto dinero pusieron en la campaña los padrinos de los mismos.
