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ASUNCIÓN.- Se acabó la desaceleración económica en Latinoamérica, pero la recuperación será lenta y sostenida. Esto es lo que señala el informe global sobre la situación económica de la región, divulgado por el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA). Parte del documento dice:
A pesar del tono relativamente positivo de los mercados financieros internacionales y de la recuperación de la actividad mundial, los indicadores de sentimiento de familias y empresas se mantienen en terreno pesimista en la mayoría de países, pero con una alta heterogeneidad en su comportamiento reciente. Así, por un lado, la dinámica reciente de la confianza del sector privado continúa siendo positiva en Brasil —apoyado por la reforma fiscal y la caída de la inflación— y mejora en el caso de México —alentado por el mencionado atemperamiento de las medidas de política económica en EE.UU.— Por otro lado, factores idiosincráticos han tenido un significativo efecto negativo recientemente en la dinámica de las confianzas en Colombia y en Perú, en el primer caso por el impacto del aumento del IVA e impuesto a la renta sobre las familias, mientras que en el caso peruano influyeron decisivamente los escándalos de corrupción en obras de infraestructura, así como la incertidumbre sobre el impacto económico de las lluvias e inundaciones generadas por el fenómeno del “Niño costero”
Esta dinámica diferencial también se traslada a nuestras previsiones de crecimiento para 2017 y 2018. Así, por un lado en los dos países sudamericanos de mayor tamaño (Brasil y Argentina) el panorama económico continúa apuntando a una recuperación en 2017. De hecho, en Argentina los indicadores de actividad muestran ya una recuperación en marcha, lo que confirma nuestras previsiones de crecimiento para este año y el próximo. Asimismo, en Brasil, los indicadores de actividad parecen haber culminado su ajuste y se han estabilizado, como preludio a la recuperación que anticipamos ya para este año. Por su parte, en México el panorama económico luce menos desfavorable que hace tres meses, en la medida que la nueva administración en EE.UU. parece apuntar a políticas económicas menos agresivas, especialmente en lo relativo a las relaciones comerciales con su vecino del sur.
