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ASUNCIÓN.- Hasta ahora funciona como un reloj el pacto abdo-luguista que se puso en marcha con la elección del abdista Óscar Salomón como presidente del Senado y el Congreso, con lo que se colocó en el tercer lugar en la línea de sucesión a la Presidencia de la República, y la Vicepresidencia primera para el luguista Sixto Pereira.
Por este pacto, se ubicó al pedepista Pedro Santa Cruz en el Consejo de la Magistratura y al liberal (de izquierda) Víctor Ríos en la Corte Suprema de Justicia, a pesar de que la mitad más uno del país estuvo en contra por considerar inadmisible que un senador activo sea juez y parte en una elección tan importante como esa.
El próximo paso será colocar al de nuevo abdista Enrique Bacchetta como miembro del Tribunal Superior de Justicia electoral, en el lugar que tendría que dejar vacante María Elena Wapenka el año que viene, pero insistentes rumores aseguran que la están presionando para que renuncie antes de cumplir los 75 años, para apurar el cambio.
Bacchetta había renunciado al liderazgo de la bancada abdista en el Senado, molesto por manejos del presidente Mario Abdo Benítez y durante más de un año se mantuvo en el limbo, votando más cerca de Honor Colorado que de Añetete. Sin embargo, volvió el perro arrepentido, más entusiasta y más fanático que nunca, con lo que rápidamente consiguió que su hermano, Claudio, fuera nombrado miembro del consejo del Banco Nacional de Fomento y ahora va por el premio mayor, el TSJE.
Al parecer, Frente Guasu renunciaría al tercer espacio dejado por Wapenka para darle al oficialismo; sin embargo, no se quedaría con las manos vacías ya que algunos afirman que el PLRA renunciaría al lugar de Alberto Ramírez Zambonini, quien también deberá jubilarse el año próximo, que se le concedería a los luguistas, ya que los liberales consiguieron un cupo importante en la Corte con el nombramiento de Ríos.
