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El comercio en Ciudad del Este nuevamente se enfrenta a una situación crítica que ya preocupa tanto a los propietarios de las grandes empresas instaladas en la zona, como también a los “mesiteros”, es que la llegada de los sacoleiros y turistas-compradores se hace cada vez más esporádica. La desvalorización del real frente al dólar ahuyentó a buena parte de los clientes en todas las ciudades fronterizas con el Brasil.
CIUDAD DEL ESTE.- Comerciantes y trabajadores informales claman a las autoridades medidas que permitan la reactivación de la economía en la zona. La mayor parte de la población, se mantiene a través de los ingresos obtenidos en el microcentro de Ciudad del Este.
Desde hace varias semanas las calles y las diversas galerías que se dedican a la venta de electrónicos, perfumes y otros, se encuentran prácticamente vacías. Los mesiteros son los más afectados y no dudan en expresar su preocupación.
Este sábado la cotización del dólar con el real se mantuvo cerca de los 4,000 R$. Esta valoración espanta a los “sacoleiros” y a los turistas-compradores, que ya no encuentran ventajas para venir a adquirir diferentes productos ya sea para su uso o para revenderlos.
Muchos de los vendedores optan por colocar en oferta sus mercaderías a fin de atraer un poco más a los consumidores. Otros sin embargo, decidieron abandonar sus casillas ante el desánimo que genera la falta de clientelas. El temor es que ante situación continúe la ola de despidos.
El problema económico no solo afecta a Ciudad del Este, sino también a las localidades fronterizas con el Brasil, como Salto del Guairá y Pedro Juan Caballero.
El ejecutivo de la compañía Queen Anne, Cristóbal Rojas, manifestó que “tenemos una estimación de una caída del 35 por ciento de las ventas, los turistas no ingresan a los comercios, al salir de sus casas tienen un valor conveniente del dólar y al llegar al negocio resulta otro precio y huyen”.
La crisis económica de Brasil parece de no acabar y ahora las expectativas están puestas en la reforma jubilatoria propuesta por el presidente Jair Bolsonaro. Tras crecer un exiguo 1,1 por ciento en 2017 y 2018, la mayor economía de América Latina ha visto caer los pronósticos para 2019 durante cuatro semanas seguidas. La reducción más reciente apunta a una expansión de solo 2 por ciento. Economistas comenzaron a bajar sus proyecciones incluso antes de las últimas señales de dificultades respecto a la modificación de pensiones.
