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ASUNCIÓN.- El uso desmedido de dispositivos electrónicos, con fines laborales o lúdicos, puede generar problemas en nuestra visión. Los principales riesgos de la sobreexposición a la pantalla. Recomendaciones prácticas para cuidarnos.
El uso de la tecnología, y especialmente de dispositivos con pantallas, se ha incrementado a pasos agigantados en los últimos diez años, sobre todo desde la popularización del smartphone y tablets, y desde la aparición de plataformas digitales que han facilitado el acceso a contenidos en el televisor, como Netflix y Youtube. Además de esto, nuestras tareas laborales dependen cada vez más de sistemas informáticos, lo cual nos ha obligado a pasar mucho más tiempo que antes frente a la computadora. Y esto, pese a tener sus puntos positivos, ha tenido un impacto directo y negativo en nuestra salud visual, generando importantes consecuencias tanto en niños como en adultos.
El claro incremento en el uso de pantallas ha elevado la cantidad de problemas visuales de la población. Algunos de ellos son:
- Disminución de la visión.
- Visión doble o borrosa.
- Fatiga visual.
- Sequedad o irritación.
- Lentitud en el sistema de enfoque.
- Cefaleas producto del cansancio visual.
- Sensibilidad a la luz.
- Otros.
¿Por qué nos ocurre esto?
Según la Dra. Emely Karam, Neurooftalmóloga de Fundación Visión, “la exposición exacerbada a las pantallas, y la cercanía a las mismas, hacen que nuestros ojos aumenten su abertura palpebral, y esto trae como consecuencia que la lágrima -que cumple un papel fundamental en cuanto a lubricación del ojo- se evapore. Esta evaporación genera sequedad ocular, y una serie de molestias y perjuicios como consecuencia de ella”.
“Está comprobado que las personas que trabajan frente a pantallas tienen una producción de lágrimas inferior, lo cual produce la mencionada sequedad ocular y mayor fatiga del ojo”, añadió.
“Además, las personas que fijan su vista durante largos períodos de tiempo a una o múltiples pantallas, muestran una disminución en su frecuencia de parpadeo. Y esto tiene una incidencia directa en la ruptura de la película lagrimal. Algunos estudios han determinado que la exposición a las pantallas puede reducir la frecuencia de parpadeo a 18,4 a 3,6 por minuto”, explicó la profesional.
Algunas recomendaciones prácticas
- Control anual mínimo.
- Ajustar el tiempo frente a la pantalla.
- Cuidar la distancia y posiciones.
- Cuidar el ambiente y la iluminación del espacio.
- Controlar el brillo de las pantallas y los reflejos.
- Utilizar filtros.
- Hacer pausas.
- Utilizar lagrimas artificiales.
- Utilizar la visión lejana.
- Actividades al aire libre.
