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ASUNCIÓN. Nuevas imágenes del circuito cerrado del interior del local del PLRA, minutos después de la muerte de Rodrigo Quintana, el 31 de marzo del 2017, salieron a luz. En los videos se observan a Stiben Patrón, dirigente liberal, al hijo de Efraín Alegre y a otros liberales, escondiendo apresuradamente varios procesadores de computadoras, antes de que llegue la comitiva fiscal.

Las imágenes fueron difundidas en el programa El Repasador. Se observa un vaivén de personas, entre ellas a Patrón, con una especie de botella con mechas en mano, lo que sería una bomba casera. Aparentemente pide a otros jóvenes que permanezcan en la escalera que conduce al siguiente nivel del edificio, para servir de campanas si eventualmente llegaba la comitiva fiscal-policial para verificar la escena del crimen.

El dirigente liberal se traslada rápidamente a una de las salas del edificio del PLRA y retira el CPU que lleva a un piso más arriba.

Igualmente, se ve al hijo de Efraín ingresando a la oficina de su padre y retirando otro procesador. Esta escena fue observaba incluso por el periodista de ABC Color, Rodolfo López, según aparece en el video.

Asimismo, una mujer no identificada extrae otra Unidad Central de Procesamiento y corre con ella, escondiendo el aparato.

El video forma parte de las evidencias que tiene en su poder el Ministerio Público desde el 31 de marzo del 2017, pero que jamás fueron revisadas.

El martes, el mismo programa de TV dio a conocer otro video donde se observa claramente cuando dirigentes del PLRA plantaban evidencias en la escena del crimen.

Una persona identificada como Fernando Cáceres coloca vainillas servidas en el pasillo del edificio de los liberales, a pocos metros de donde cayó muerto Quintana, Luego, otra persona, que sería Olga Paredes, arrastra los proyectiles con los pies, colocando debajo de una silla, más hacia donde estaba el charco de sangre (cuerpo del fallecido ya había sido retirado del lugar y llevado al hospital por los propios liberales).

La defensa del suboficial Gustavo Florentín, principal procesado por el asesinato, sostiene que esas imágenes refuerzan la teoría de que el uniformado no fue quien mató al joven dirigente liberal y que varias personas alteraron la escena.