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El Congreso de la Nación paraguaya, es un recinto sagrado donde se elabora las leyes en defensa y en pro de la buena convivencia del pueblo, por lo tanto su presidencia no debería estar en mano de una persona cuya figura esté apañada con presunción de oscuros antecedentes en el campo de la mafia y el narcotráfico.
Robert Acevedo fue recientemente ungido como nuevo presidente de la Cámara de Senadores, y pareciese que para la sociedad nacional está en la dirección de una nueva colombianización o mexicanización de las épocas en que eran tan temibles los tiempos de los narcotraficantes, que solo en sus pasos dejaron luto, dolor y muerte.
Al actual presidente del Senado paraguayo, a la vez nuevo titular del Poder legislativo, ungido por la disidencia colorada y por los luguistas de la extrema izquierda, ha caído muy bajo, desde el punto de vista ético y moral. A pesar de que estas virtudes hace tiempo dejó de arropar a las clases políticas de todos los colores en el país.
No se puede permitir asumir a una persona a quien se le involucra con la mafia, el salpicado con el narcotráfico está como si nada hubiese acontecido, y tranquilamente al frente de un poder tan delicado, como es el legislativo.
Sobre el senador amambaiense del Partido Liberal (PLRA), además hay sospechas de lavado de dinero, y evasión de impuesto que fueron difundidas en la Argentina. Con estas oscuras sospechas, y por las gravísimas declaraciones del reciente asesinado considerado el “Patrón de la Droga”, Jorge Rafaat, debe de ser investigado con urgencia y de oficio por el Ministerio Público, sea culpable o inocente, ante la grave desconfianza. Lo dicho por Rafaat tiempos atrás en un programa radial de la ciudad pedrojuanina es muy grave, en ese entonces refirió, en el futuro que pudiera peligrar su vida, en cuyas declaraciones apuntaba al senador liberal, Robert Acevedo.
La sociedad nacional ante tal situación hoy día pareciese que está en una burbuja, vacilante ante los recientes hechos sangrientos ocurridos en “la terraza del país”.
El Paraguay con el actual Gobierno Nacional, presidido por el presidente de la República, Horacio Cartes Jara, está empeñado en otorgar una imagen diferente a nuestro país, con el afán de convertirlo en una sociedad seria, responsable, ejemplo de trabajo dentro de las regiones globalizadas. Pero estos hechos lamentables ocurridos en la región del Amambay, y peor aún ante la presunción hacia la persona del nuevo titular del Poder Legislativo, en nada ayudan para mejorar la imagen de la sociedad de nuestro país.
Son lamentables desde todo punto, estos recientes hechos acontecidos dentro de la geografía nacional. Para apuntar nuevamente a un país serio y responsable, y lavar la imagen de la Nación ante los ojos del mundo, la Fiscalía General del Estado, a cargo de su titular, Javier Díaz Verón, de inmediato debe comenzar con los trabajos investigativos, de manera a deslindar responsabilidades, sea cual fuere los autores, cómplices o encubridores. Solo de esta forma podemos limpiar la imagen del país ante las naciones del mundo, que en este momento apuntan y miran alarmados hacia el Paraguay.
