CIUDAD DEL VATICANO. En su discurso anual ante el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el papa Francisco expresó su firme condena hacia la maternidad surogada, calificándola de “deplorable” y solicitando a la comunidad internacional que prohíba universalmente esta práctica. El Pontífice argumentó que la misma atenta gravemente contra la dignidad de la mujer y del niño, calculando en la explotación de la situación de necesidad material de la madre.
Francisco, quien recibió a 184 representantes del Cuerpo Diplomático esta mañana, enfatizó que la vida humana, desde el niño no nacido en el seno materno, debe ser preservada y tutelada en todo momento. Hizo hincapié en que un hijo siempre es un don y nunca debe convertirse en un objeto de un contrato comercial.
El Papa instó a la comunidad internacional a comprometerse a prohibir de manera universal la práctica de la maternidad subrogada. Asimismo, lamentó la persistente difusión de una “cultura de la muerte” en Occidente, que descarta a los niños, los ancianos y los enfermos en nombre de una falsa compasión.
En su discurso, Francisco también abordó otras preocupaciones mundiales, como la situación en Tierra Santa, Ucrania, Sudán, Myanmar, Armenia, Sudán y Nicaragua. El Papa destacó la importancia del respeto a la vida, el diálogo y la educación como elementos fundamentales para la consecución de la paz.