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CIUDAD DEL ESTE. La reacción de gremios como el Centro de Importadores del Paraguay (CIP), Unión Industrial Paraguaya (UIP) y la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP) en contra del proyecto de Ley que establece un régimen de exportación del turismo comercial fue de absoluto rechazo. Especialmente el titular de la UIP, Gustavo Volpe, hasta trató casi como delincuentes a los empresarios de las fronteras que encuentran en este proyecto la única forma de seguir subsistiendo y compitiendo con las ciudades vecinas de Brasil y Argentina.

Tony Santamaría, presidente de Fedecámaras, respondió que “es conocido el rechazo de la UIP, del señor Volpe y todos los otros gremios, cuando se trata del interior del país. Se vive pensando que si la capital está bien, el país está bien. Es un error de apreciación”.

Explicó que con esta ley, se renuncia al mercado doméstico, que debe ser la preocupación de los gremios, ya que cuando se bajan los aranceles de la lista, todos los importadores del país se benefician.

“Ellos se han beneficiado con este régimen por años, esconden para decir que somos unos fariseos, y no es así. Paraguay tiene un mercado pequeño, nos venden a nosotros para justificar su cuota de importación del país. Nosotros vamos a importar para vender solo fuera del país. Ellos se preocupan que vamos a poder importar como si fuéramos una zona franca”, añadió.

Refiriéndose al titular de la UIP, Santamaría dijo que “Volpe, que funge como el único patriota de este país, a todo se opone y es el segundo presidente del Paraguay y no acepta discutir con nosotros y no insultándonos. Con un azonamiento irónico, dice que vamos a pedir que nos paguen los impuestos sobre las ganancias. Con todo el respeto, yo le quiero preguntar, habla de corrupción, que somos corruptos y no valemos nada en la frontera. Qué hizo cuando estuvo en la aduana, por qué no se quedó y arregló la aduana. Por qué renunció, porque no fue capaz, si no fue capaz por qué ahora quiere ser el Simón Bolívar del Paraguay. Cada vez que se presenta un proyecto en la frontera sale como un espadachín. Nuestro negocio es el turismo, la exportación. El mercado interno no representa ni el 4%”.

Explicó que el principal motivo por el que estos gremios se oponen al régimen de turismo es que “hay algunas grandes empresas en Asunción, que traen productos para el mercado interno y se los venden a las empresas que están con este régimen”.

“Ellos importan grandes cantidades y nos venden a nosotros. No podemos ser competitivos si no podemos comprar directamente. Es como una zona franca con todos los reparos de una zona franca. El proyecto tiene todos los controles. Si ellos quieren modificar, tienen dudas, y quieren que las empresas que están con régimen de turismo se vayan, tienen que decirlo”, concluyó.