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ASUNCIÓN. El jurista José Ignacio González Macchi dijo que lo ocurrido con el senador Paraguayo Cubas, quien agredió a agentes policiales y generó perjuicio económico a una comisaría y un vehículo de la institución, “debe ser considerado como una llamada de atención ante las graves inconductas que se están dando. No se respeta a las autoridades, la policía es mancillada, a veces con razón, a veces sin ella. Este caso claramente se da sin que hubiera ninguna situación justificante para que Cubas o quien estuviera con él, haya actuado así”.

Recordó que “ll ministro del interior ya salió a enfrentarle, diciendo claramente que le indignaba y que su inconducta debía tener un estate quieto; los policías afectados y el comisario de la comisaría hicieron su presentación legal ante la Policía y debería llegar al Ministerio Público; y el ministro también anunció que haría presentar ante el Senado para que se tome razón de lo acontecido”.

En cuanto a la conducta del senador, dijo que había varios hechos que rozaban delitos, “el maltrato físico, maltrato verbal, daño a la comisaría y la patrullera, apología del delito, amenazar con dar muerte a ciudadanos o habitantes de la República, brasiguayos o lo que sean, y cuando proviene de una persona con una autoridad investida es más grave”.

“Su lugar para ejercer su investidura es el Senado. En la calle es un ciudadano más que debe respetar la ley, y la autoridad es la Policía. Que la policía haga mal su trabajo o el policía afectado esté confabulado o contravenga normas de la institución, debe ser denunciado por los canales respectivos tanto por el ciudadano paraguayo Cubas como cualquier otro”, añadió.

Dijo que también hay que analizar la amenaza posterior de Cubas al comandante de la Policía Nacional, a quien dijo que evitaría su ascenso al grado inmediato superior, y aclaró que “el órgano o la sede donde deben tratarse las inconductas del senador es el Senado. Es el órgano natural por orden constitucional. Su conducta como paraguayo debe ser recurrido ante la justicia, pero primero el Senado debe desaforarlo”.

“Estamos en anarquía versus Estado de Derecho, caos versus aplicación de la ley. Los ciudadanos tenemos que estar bien atentos si vamos a pretender hacer justicia por mano propia. Si cedemos a las presiones de grupos como escrachadores, o ideológicos, que vengan de afuera, vamos por mal camino. El único camino es el respeto a las instituciones; si los hombres de esas instituciones están mancillados se debe recurrir a los órganos jurisdiccionales”, concluyó el jurista.