ASUNCIÓN. Una de las decisiones de la peculiar convención liberal orquestada ayer por Efraín Alegre, que más defienden los convencionales “adeptos”, es que el partido sancionará a los legisladores que no obedezcan la línea política que se establezca en el directorio.
Sin embargo, varios analistas recuerdan que esta decisión es inconstitucional e inaplicable y recuerdan el caso de los 8 senadores del llanismo que en el 2017 fueron expulsados por Alegre por haber votado a favor de la enmienda constitucional. Apelaron la medida ante la Corte, que decidió a favor de los legisladores, por lo que el directorio tuvo que volver a incluirlos en el padrón.
El argumento constitucional incuestionable es el artículo 201, que trata en genera de la Pérdida de investidura, pero que en su último párrafo dice textualmente: “Los senadores y diputados no estarán sujetos a mandatos imperativos”, lo que implica que de ninguna manera cualquier partido puede exigir obediencia a su línea política sobre cualquier tema a sus legisladores.
Se sabe que Alegre no tiene mucha devoción hacia la Constitución y las leyes; sin embargo, insistir con algo que ya la Corte demostró que es inaplicable, parece más bien un intento de suicidio ante la evidencia de que la gran mayoría de senadores y diputados ya no están dispuestos a seguir sus instrucciones, algunos porque siempre fueron opositores suyos y otros, sus antiguos adherentes, porque se hartaron de su prepotencia, irracionalidad e incapacidad absoluta para el diálogo y la negociación.