Artículos relacionados

ASUNCIÓN. A 6 meses de las internas simultáneas en las que los partidos políticos deberán elegir a sus candidatos para las municipales, la crisis liberal, en lugar de disminuir, va aumentando en profundidad y decibeles, lo que no deja prácticamente dudas de que el partido llegará cada vez más dividido al próximo desafío electoral, poniendo en riesgo hasta las municipalidades que en este momento le pertenecen.

Algunos analistas consideran que a pesar de estar cada vez más solo y cuestionado, nada indica que Efraín Alegre esté pensando en dar un paso al costado, por lo que aunque sea mínima su cantidad de seguidores, continuará generando discordia haciendo campaña desacreditando a sus contendientes. La decisión de sus ex acólitos de tirar la toalla y hacer rancho aparte demuestra su gran desgaste pero eso no implica que la división liberal tenga alguna posibilidad de ir disminuyendo.

Los expertos aseguran que el problema es que quienes abandonaron a Alegre tienen casi las mismas aspiraciones que él. De hecho, su alejamiento obedece a que su eterna ambición de encabezar todas las listas evitaba que los demás pudieran proyectarse y sobresalir. Así que la decisión de los seis senadores de la bancada B que se alejaron del oficialismo no tiene como motivación la unidad partidaria sino más bien que los legisladores tengan mayores posibilidades en futuras contiendas electorales.

El nuevo movimiento, encabezado por Salyn Buzarquis, pretende crear un tercer espacio, así que la palabra unidad no figura entre sus objetivos. Lo que sí podría resultar con este movimiento es que el llanismo tenga más chances de triunfo, ya que los votos de los que hasta hace poco apoyaban a rajatabla a Alegre, aún en todos sus excesos, estarán disparados hacia otros sectores.

La crisis liberal es profunda y pesada. Lo más probable es que no sean los dirigentes actuales quienes puedan solucionarla.