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Óscar Germán Latorre, exfiscal general del Estado, testigo en la audiencia pública ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, considera que “las posibilidades están divididas, 50/50”, y además, se muestra confiado en que la resolución será incluso favorable al Estado paraguayo. Se basa en el comportamiento adoptado por los propios jueces, quienes atacaron las incongruencias de la demanda de Arrom y Martí, según dijo. Por otro lado, estas altas expectativas se vieron un poco opacadas por el cuestionado papel que cumplió la representación oficial del país, a cargo del procurador general, Sergio Coscia.
ASUNCIÓN.- El exfiscal general, Óscar Germán Latorre, relató ante la Corte IDH el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, por el cual se sindica como responsables a Juan Arrom y Anuncio Martí. En uno de los puntos más resaltantes sostuvo que es incongruente la denuncia de los mismos por supuesto secuestro y tortura.
Considera que en este momento las posibilidades están divididas, 50/50, pero se muestra confiado que la decisión será favorable para el Estado paraguayo.
Sería muy necesario el asesoramiento al procurador general de la República, Sergio Coscia, para la presentación por escrito de los alegatos finales, teniendo en cuenta su lamentable y cuestionada participación en la audiencia del jueves en Costa Rica.
Latorre explicó que por el supuesto secuestro de Arrom y Martí habían sido investigados policías, que habían sido reconocidos por las supuestas víctimas, pero que por la falta de pruebas fueron sobreseídos.
Sin embargo, esta desvinculación se dio en ausencia del entonces fiscal general del Estado, por lo que dijo desconocer los argumentos de la resolución. Siguió diciendo que días antes del suceso, llegó Marcos Álvarez (testigo clave en el caso) hasta la sede fiscal con un bolso que contenía USD 350.000. Según lo que pudo contestar, Álvarez era “instructor” de Arrom y Martí, pero no supo precisar qué era lo que les instruía.
Los investigadores, en ese momento, confirmaron que se trataba del dinero entregado a los secuestradores de María Edith Bordón, porque su esposo, Antonio Debernardi, había fotocopiado los billetes y entregó estas copias a la Fiscalía.
En otro comento, comentó que en ese entonces la Fiscalía no confiaba en la Policía Nacional y no compartían mucha información, y manifestó que no podía hacerse responsable del accionar de los uniformados.
“Sería irresponsable de mi parte decir que la Policía no estuvo involucrada en el (supuesto) secuestro”, señaló.
“Cuando se dio la aparición de Arrom y Martí hubo muchas irregularidades. Se comprobó que esas tres personas (policías acusados por las presuntas víctimas) no podían ser responsables del hecho”, apuntó.
Latorre también comentó sobre los vínculos familiares entre la familia Debernardi y los Arrom. Explicó que uno de los hermanos de Antonio Debernardi estaba casado con una de las hermanas de Juan Arrom.
Sobre este aspecto en particular, Cristina Arrom, quien declaró antes que el exfiscal general, se limitó a decir que eran conocidas por medio de “familiares políticos”.
Igualmente, Latorre confirmó que los secuestros fueron planificados por las FARC y que Juan Arrom contactó con esa gente. “Se aclaró luego que Rodrigo Granda se comunicó con (Raúl) Reyes y le comentó que tomó contacto con Juan Arrom y que tenía un proyecto para ganar dinero y necesitaban asesoramiento para llevar adelante el mismo”, concluyó.
