Inicio / Impreso / ¿Quiénes acechan a la democracia?

¿Quiénes acechan a la democracia?

Hace 28 años se producía la caída de una de las dictaduras más antiguas y tenebrosas del Continente. La partida de Alfredo Stroessner al exilio, sin ser juzgado por las atrocidades que cometió a lo largo de casi 35 años, reflejaba dos hechos de suma trascendencia política: Por un lado, el inicio de la transición democrática, con la instauración de un régimen de libertades públicas hasta entonces desconocidas y, por el otro, las limitaciones y debilidades del nuevo régimen institucional, infectado desde el vamos por los que antes formaron parte de la camarilla gobernante, protagonistas del golpe que derrocó al “único líder”.

El contexto regional y mundial fue determinante. Las dictaduras caían como castillos de naipe a lo largo y ancho del Continente. Lo mismo sucedía en Europa del Este, con los regímenes estalinistas. La “Guerra Fría” estaba llegando a su fin y los pueblos tomaban las calles y/o las armas, exigiendo democracia. Centroamérica era un volcán en erupción, mientras en Argentina los genocidas formaban cola para sentarse en el banquillo de los acusados y escuchar duras condenas.

Nuestro país no sería la excepción. La heróica resistencia a la barbarie stronista, por parte de camadas de luchadores que se renovaba constantemente y no se rendía, se combinaba con el agotamiento del modelo dic­tatorial y la referida situación internacional en la que éste ya no tenía cabida. Había que descomprimir la caldera para que no explote, como en otros países, y así se gestó el 2 y 3 de febrero, cuya conducción civil y militar estuvo a cargo de stronistas de cuna, que prefirieron el “agiornamiento” a los nuevos tiempos y la traición a quien lamieron siempre las botas, a la pérdida total de sus inmorales privilegios.

Según la “historia oficial”, ahora resulta que todos son demócratas. Los que se beneficiaron y enriquecie­ron durante el stronismo. Los que sostuvieron su régimen infame. Los que callaron, encubrieron o adhirieron abiertamente sus actos criminales, el latrocinio feroz, el obscurantismo y la cultura de la muerte. Los Zucolillo, Vierci, Abdo Benítez y tantos otros. Y por supuesto, los “héroes” que capitanearon la sublevación, con Lino O a la cabeza, quienes tomaron al Estado por asalto y se repartieron el botín con total impudicia, en lugar de devolvérselo al pueblo.

Los camaleones de entonces siempre fueron un obsáculo para la construcción del Paraguay democrático. Intentaron golpes, manipularon leyes, se valieron de jueces y fiscales, pero, muy a pesar de ellos y en medio de contradicciones, el país fue avanzando a lo largo de la etapa abierta aquella madrugada de 1989. Y hoy, a 28 años de dicho acontecimiento, podemos afirmar que, aún restando problemas estructurales por resolver, la Patria tiene un rostro completamente distinto, estamos insertos en la comunidad internacional y somos merecedores de su respeto, comenzamos a superar con proyectos desarrollistas una trágica historia de atraso en todos los planos (económico, social y político), como consecuencia directa del fenomenal saqueo de las arcas públicas que sufrimos en el pasado, y vivimos un régimen de plenas libertades públicas que nadie sería capaz de refutar con argumentos mínimamente serios.

Sin embargo, a la luz de la pérdida progresiva de los privilegios que seguían disfrutando -y que se les viene recortando- los “demócratas” de nuevo cuño, bajo cuyo disfraz encontraremos a los stronistas de pura cepa que siempre fueron, están ejecutando una campaña brutal ya no solo para abortar la posibilidad de que se instituya la figura de la reelección, consulta popular mediante, sino para interrumpir el proceso democrático y restaurar “el viejo orden”.

Sus promotores son conocidos por todos. “Don” Acero, “Don” Antonio, “Marito” y algunos ex “opositores”, como Desirée, Efraín y otros. Delirantes a quienes hay que impartirles mensajes muy claros, como por ejemplo, que el retroceso a tiempos anteriores solo está en sus febriles mentes y que el país seguirá avanzando, en demo­cracia y respetando siempre la voluntad del pueblo, mal que les pese.

El Director

Commentarios

comentarios

Mira también

Paro de buses es inoportuno, reafirma viceministro

ASUNCIÓN. El titular del Viceministerio de Transporte, Emiliano R. Fernández, ratificó que el paro de …