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ASUNCIÓN.- A punto de cumplir 24 años, la Constitución Nacional debe ser reformada de manera profunda ya que hay varios artículos que quedaron desfasados y otros que deben ser incluidos. Entre estos, la reelección presidencial debe figurar entre los primeros puntos a debatir, ya que su prohibición ha dejado de tener sentido.
Desde que se sancionó la Constitución en 1992 ya se sabía que la prohibición a la reelección presidencial había sido inspirada exclusivamente por el temor de que se volviera a repetir la historia que hizo que el dictador Alfredo Stroessner permaneciera en el poder por más de tres décadas.
Así que su eliminación fue mencionada una y otra vez a lo largo de estos años, más aún cuando se llega a la mitad de un mandato presidencial y quien ocupa el sillón de López se resiste a soltar el poder. Claro que la primera vez que se planteó con fuerza la necesidad de reformar la Constitución para permitir la reelección fue bajo la presidencia de Nicanor Duarte Frutos, quien, de manera indisimulada, manifestó de todas las formas posibles que quería un segundo mandato.
La idea no prosperó en ese momento ni las otras veces que fue planteada después. Y no prospera porque se plantea solamente cuando el presidente de turno manifiesta algún interés en ser reelecto, lo que hace que sus opositores se opongan a cualquier modificación de la Constitución.
Pero el debate no puede ser postergado por mucho tiempo más. La Constitución Nacional debe ser reformada porque muchos de sus artículos han demostrado no responder a la realidad nacional o están redactados de manera tan ambigua que se prestan a interpretaciones. Y, sobre todo, hay figuras que deben ser incluidas, y no solamente la reelección presidencial, sino otras como la revocatoria de mandato, que le da poder al electorado que eligió a alguien en un cargo público, a separarlo del cargo si no cumple con sus promesas.
Muy bien lo dijo el intendente de Asunción, Mario Ferreiro, al ser consultado sobre la figura de la reelección presidencial: “Desde mi punto de vista, tarde o temprano en el Paraguay habrá reelección, aquel que hace un buen gobierno merece una oportunidad y aquel que hizo mal perderá en detrimento de un contrincante más importante o significativo”.
