ADN Digital
Artículos relacionados
A 3 años de iniciarse las conversaciones para renegociar el Anexo C de la Binacional Yacyretá, que trata de las bases financieras de la obra, el paso dado durante la visita del presidente argentino Mauricio Macri a su colega paraguayo Horacio Cartes es fundamental y en este momento la concreción está más cerca que nunca.
ASUNCIÓN.- En marzo del 2014 se cumplieron 40 años de la firma del Tratado de Yacyretá, que ponía ese límite para la renegociación del Anexo C, especialmente en lo que se refiere al precio de venta de la energía, el pago por la cesión de energía que hace nuestro país a Argentina y la compensación por los territorios inundados.
Desde entonces se conformó la mesa de negociadores sobre 3 puntos fundamentales, la cogestión en el gobierno de la entidad, la deuda que Argentina reclama a nuestro país por la construcción de la hidroeléctrica, y las nuevas obras que el vecino país necesita para tener mayor energía. En el tiempo transcurrido, lo único que se logró fácilmente es la cogestión, es decir que las decisiones se toman de manera igualitaria entre los directores de la EBY, el argentino Humberto Schiavoni y el paraguayo Ángel María Recalde.
Desde entonces las negociaciones están frenadas ya que las prioridades de ambos gobiernos son muy diferentes. Argentina necesita con urgencia poner en marcha los proyectos para la construcción de una subcentral en el vertedero del brazo Aña Cua y la ampliación de la central principal, ya que su necesidad de contar con mayor fuente de energía es perentoria, y Paraguay se niega a nuevas obras hasta tanto no se resuelva la supuesta deuda que le reclama su socio en el emprendimiento, que, según el gobierno del vecino país, asciende a la friolera suma de 18 mil millones de dólares, entre el capital y los intereses por la construcción de la hidroeléctrica.
Sin embargo, Paraguay asegura que con la cesión de energía que hace a Argentina, la deuda está mayoritariamente saldada. Incluso, algunos expertos aseguran que el saldo es 0.
Así que las negociaciones permanecieron paralizadas todo este tiempo, hasta que los acuerdos firmados por Macri y Cartes volvieron a abrir la posibilidad de que tan conflictivo tema pudiera ser solucionado. Ambos jefes de Estado ordenaron a sus colaboradores que el borrador del acuerdo debe estar terminado en 3 semanas. Y como nuestros negociadores ratificaron que el país no aceptará nuevas obras hasta que se establezcan reglas claras en cuanto a la deuda, pensamos que el acuerdo al que se arribará será muy beneficioso para nosotros, algo que hasta ahora parecía totalmente utópico.
NO SOLO PROMESAS
La visita del presidente argentino Mauricio Macri no fue solamente protocolar ni llena de promesas de futuros acuerdos, sino que ya en la jornada del jueves pasado se concretaron temas fundamentales especialmente en lo que hace a la libre circulación de bienes, servicios y personas.
El jefe de Estado paraguayo, Horacio Cartes, había destacado en ese momento que “abordamos los aspectos que conciernen a la integración hidroeléctrica, como la Entidad Binacional de Yacyretá. Es necesario posibilitar el más justo aprovechamiento de la energía, la revisión y solución de los asuntos divergentes, así como proseguir y avanzar en las obras que aumentarán la capacidad y producción de esta monumental represa energética, que pertenece en condominio a nuestros dos países”.
Los acuerdos firmados por ambas delegaciones tienen que ver con la prevención, investigación y detección del delito de trata de personas, la cooperación en materia de energía atómica, al fortalecimiento de la conectividad, la firma de un memorándum de entendimiento entre los ministerios de Hacienda de ambos Estados y una carta de intención sobre cooperación en temas migratorios.
Y otros que tienen que ver con Justicia y derechos humanos, seguridad fronteriza, lucha contra el narcotráfico y delitos conexos, navegación y transporte fluvial, energía y conectividad física, por vías de interconexión prioritarias
AÑA CUA, FACTOR DECISIVO
La imperiosa necesidad que tiene Argentina de empezar la construcción de una subcentral en el vertedero del brazo Aña Cua es un factor decisivo para que nuestro socio en la EBY haya aceptado conversar sobre la deuda de nuestro país con la entidad.
Argentina está pasando una crítica situación energética y necesita desesperadamente contar con mayor provisión de energía eléctrica, la cual solo puede lograr si empieza Aña Cua y se amplía la central principal de Yacyretá.
Así que la decisión de Paraguay de no conversar sobre nuevas obras hasta que no se solucione lo de las finanzas –situación inédita ya que todos los gobiernos anteriores se mostraron siempre complacientes con sus socios en las 2 hidroeléctricas que tenemos, con Argentina y Brasil- ha sido fundamental para que los argentinos entierren el hacha de guerra y acepten negociar en términos de igualdad y respeto.
Aunque el gobierno de Macri ya ha puesto en marcha sendas licitaciones para la construcción de ambas obras, saben que no pueden poner un solo tornillo si es que su socio, Paraguay, no firma la autorización para hacerlo. La actitud de nuestros negociadores, que siguieron a rajatabla las instrucciones del Ejecutivo, demuestra a las claras que con un poco de empeño y seguridad, se pueden conseguir grandes beneficios al país.
