Mauro Barreto.
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Renunció acorralado por denuncias y ahora funge de “justiciero”

Entre quienes ahora denuncian insistentemente a jueces y fiscales ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, al Consejo de la Magistratura y a través de los medios de comunicación, no faltan los que antes ejercieron esas funciones y tuvieron que alejarse cuando los denunciados eran ellos. Este sería el caso del presidente del Colegio de Abogados del Alto Paraná, Mauro Barreto, de sospechosos antecedentes cuando se desempeñó como juez. Según los datos, como magistrado habría beneficiado a una persona en perjuicio de la firma Pony Motors SA, cuyos directivos dieron poder a dos abogados para demandar y pedir la destitución de Barreto. Éste, al verse acorralado, se vio obligado a renunciar a la magistratura. Constan en los documentos que siendo juez actuaba al margen de la ley.

CIUDAD DEL ESTE.- La situación de Barreto fue grave en su momento, atendiendo que el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados remitió los antecedentes a la Justicia ordinaria para investigar la actuación del entonces juez, no por mal desempeño sino por la comisión de hechos punibles, según los datos.

Barreto, quien actualmente se jacta de impoluto, denunciando a jueces y fiscales, al parecer tuvo malos antecedentes como magistrado. Según obra en documentos, en su momento, el actual titular del gremio de abogados, también enfrentó cargos por parcialidad manifiesta y desconocimiento de la ley, pues prácticamente jugaba con el expediente para beneficiar groseramente a una de las partes.

En aquel entonces el profesional del derecho se desempeñaba como juez de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor de Alto Paraná y Canindeyú.  La causa  en la que maniobraba a su antojo fue caratulada como: “Gricelda Díaz Pérez y otros S/ Defraudación y Estafa en Ciudad del Este”.

Los abogados que accionaron en representación de la firma mencionada fueron César Benítez Viedman y Lorenzo Ruiz Díaz Chávez, ambos de la capital del país. Los pormenores refieren que en el caso fueron querellados Gricelda Díaz, Ángela Galeano, Vicente Molinas y Justo Colmán.

El hecho data del 21 de marzo de 1992. La causa fue tramitada en el despacho de Barreto, quien el 29 de abril de 1993, decidió inhibirse; sin embargo, el 23 de julio del mismo año, volvió a entender campantemente en el proceso, alegando que ya había desaparecido la causal de inhibición.

En ese sentido, Benítez Viedman y Ruiz Díaz manifestaron que la conducta del juez estaba totalmente en contra de la ley, pues bajo ningún sentido un juez que se ha inhibido de un expediente puede volver a retomar jurisdicción en la misma causa. Agregaron, que Barreto ni siquiera había fundamentado del por qué se apartó del caso. “Al mismo le parecía un juego de tire y afloje”, mencionaron los querellantes.

SE CREÍA SÚPER JUEZ

 “Éste no solo es magistrado de Primera Instancia, sino también de Segunda Instancia, lo que hace suponer que es un súper juez, más aún viendo que en fecha 10 de agosto se presenta un recurso de revisión y para el día siguiente ya se tiene una sentencia en estado de sumario, lo que hace rever un autointerlocutorio, dejando evidenciado que el magistrado actúa con voluntad y dicta resoluciones sin atender siquiera lo que disponen las leyes, es más, él creó sus propias leyes”, se detalla en los papeles.

Señala además el escrito, que en reiteradas oportunidades en forma arbitraria y sin descaro Mauro Barreto realizaba lo que le venía en la cabeza sin ponerse a estudiar el fondo de la cuestión, cambiando de criterios de un día a otro.

Barreto se salvó de ser destituido por las presuntas irregularidades cometidas como magistrado, atendiendo que al verse acorralado se apresuró en renunciar y de esa manera evitó su destitución. La Justicia ordinaria, que le inició la investigación, tampoco lo procesó por los supuestos delitos, según los antecedentes.

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