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ASUNCIÓN.- Osmar Darío González Caballero, quien se desempeñaba como suboficial, recibió la séptima condena por un delito de índole sexual.
El 18 de abril de 2012, Osmar Darío González ingresó a una peluquería ubicada en Asunción y abusó sexualmente de dos mujeres. Vecinos de las víctimas presentaron la denuncia en la Comisaría 6ª Metropolitana. Posteriormente se tuvo conocimiento de que el sospechoso del hecho se refugió en la sede policial y resultó ser un suboficial en funciones de la mencionada comisaría.
Transcurrieron las investigaciones y se supo que ese mismo día del ataque a las mujeres, González intentó robar a la empleada de un hotel. Meses antes, en febrero de ese año, el mismo uniformado atacó a una menor de edad, le robó sus objetos de valor y la misma inclusive sufrió coacción sexual.
La serie de denuncias prosiguió cuando otras víctimas tomaron coraje para denunciar. Así trascendió el caso de robo y coacción sexual contra una farmacéutica, en septiembre de 2011. En noviembre de ese mismo año, ingresó a una vivienda de Asunción donde se alzó con G. 100.000 y en la ocasión también pretendió atacar a dos empleadas, pero no logró su cometido.
En el año 2006, Osmar González intimó con una pistola a una mujer en una parada de ómnibus y le exigió que abordara su automóvil. La trasladó a una zona deshabitada donde la asaltó y abusó de la misma. A esto se suma otro asalto y abuso sexual, en el año 2000.
En los doce años de actividad como efectivo de la Policía Nacional, González Caballero fue imputado por estos delitos, enjuiciado y condenado en todos los casos mencionados. La condena más alta fue de 22 años y otros 8 de medidas de seguridad en el caso de la peluquería capitalina y 9 años de cárcel por el robo en el hotel Boggiani.
Entre 2014 y 2016 recibió otras cinco condenas por los hechos mencionados anteriormente. Al no haber penas acumulativas, el suboficial permanecerá recluido en la cárcel durante unos 30 años, ya que se tiene en cuenta las dos condenas de 22 años y 8 años de medidas de seguridad como penas máximas.
La última condena impuesta al uniformado fue de 12 años de pena privativa por un hecho de robo agravado y coacción, cometido en julio de 2000. En todos los procesos se comprobó la violencia con que actuaba. En ninguno de los hechos dio indicios de que se encontraba al servicio de la Policía Nacional, y se escudaba en el uniforme luego de cometer los delitos.
Informes confirman que una evaluación psicotécnica reveló que González Caballero no era apto para cumplir con el rol de proteger a la ciudadanía; aún así se le dio el uniforme, puesto que aprobó otras pruebas. El test psicotécnico tiene naturaleza eliminatoria al momento de una postulación para ingresar filas policiales.
