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Cementerio de políticos

En el 2020, el año que viene ya, concluye el mandato del malogrado (en el sentido de su súper deficiente desempeño), Mario Ferreiro. El beatlemaníaco, conductor de tv, contador de chistes y amigo de todo el mundo, no pudo escapar al sino maldito que encierra hasta hoy día el cargo de Intendente Municipal de la ciudad de Asunción.

Conste que dicen muchos que este cargo es el segundo en importancia en el país, luego de la presidencia de la República y un trampolín casi seguro a la primera magistratura. Hasta hoy, desde que fue electo el primer intendente de la era democrática, en realidad ha sido un salto…al abismo.

Nadie, ninguno de los promisorios políticos que se encaramaron a ese cargo salieron por la puerta grande. Todos, ahora Ferreiro, se apresta a ir por el tobogán hacía de donde no se vuelve nunca más…por lo menos hasta ahora que seguro ya llegará alguien para romper la regla.

Primero fue Carlos Filizzola, con su “Asunción para todos”, liquidó nada menos que al gallo colorado. Despertó muchas expectativas el entonces carilindo intendente de Asunción, pero finalmente fue un fiasco. Su mayor “logro”… cuadruplicó la cantidad de empleados de la comuna volviéndola dificilísima de administrar con semejante carga de gastos rígidos.

Luego, llegó un liberal. Un chico 10 de la época. Brillante ejecutoria en el ámbito privado. En realidad, un hombre exitoso hasta hoy día en su Fundación Paraguaya, con  logros resonantes, uno de sus programas “El Semáforo de la Pobreza”, está siendo replicado, si mal no recordamos, en un  país africano. En la Comuna de Asunción fue un  fracaso total. Todos recordarán la famosa anécdota del “Bache-Burt”.

Así se sucedieron varios.

Llegó Enrique Riera, con toda energía intentó hacer bien las cosas. Redujo el personal, una lucha terrible, le ganaron por cansancio, época dura de la presidencia de Nicanor, donde quedaron muchas cosas por hacer. Finalmente, la tragedia del Ykua Bolaños terminó por embarrar su gestión.

Lo sucedió la comunicadora Evanhy de Gallegos. Ousider, alguien diferente. Pasó también con más penas que gloria y se perdió en la noche de los tiempos.

Llegó el hombre del “tractor amarillo” Arnaldo Samaniego, quien intentó “seguir” en un segundo mandato y fue batido por Ferreiro, quien como quedó dicho, pasará a la historia como un inoperante más atrapado en el fatídico cargo.

Las cosas con el actual intendente llegaron a tal colmo de males que el historiador Rubiani tuvo que suspender el tour por los sitios emblemáticos de Asunción/centro, debido a los baches, el mal estado en general de las calles, la suciedad, las paredes pintarrajeadas, los edificios semi derruidos, las “chabolas” de los inundados, etc.  “Nada lindo que mostrar”, dijo.

El municipio de Asunción ha sido hasta hoy día una suerte de “cementerio de los elefantes”, perdonándosenos la comparación, donde los políticos van a sepultar sus ambiciones de mayor poder y fama.

Dentro de poco se va Ferreiro. Los que decidan correr la carrera, dado lo que ha pasado hasta ahora, podrán ser considerados perfectos “kamikazes” tirándose en picada hacia ese agujero negro en que se ha convertido la comuna asuncena y que ha terminado tragando a todos los que hasta ahora,  intentaron administrarla aunque sea medianamente bien.

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