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Chabacanos y mediocres

Tal como se presentan los hechos, es probable que los “Marito”, Desirée y Efraín, así como los medios y periodistas que les son afines, continúen con la mediocre prédica del “chake”, acompañada de todo tipo de chabacanerías, en lugar de entrar al debate político, en serio, acerca de la conveniencia o inconveniencia de la reelección.

Entre los políticos opositores que se oponen a la reelección y algunos medios de prensa, con sus periodistas más conocidos a la cabeza, resulta muy difícil determinar a quién de todos ellos corresponde el premio mayor a la chabacanería y la mediocridad extremas. Por momentos, la delantera es ejercida por la senadora Desirée Masi, quien luego es superada por Mario Abdo Benítez y éste, a su vez, por Efraín Alegre; hasta que aparecen ciertos comunicadores como Luis Bareiro, Benjamín Fernández u Oscar Acosta, quienes le hacen una formidable competencia. Sin embargo, ni unos, ni otros, exponen argumentos políticos razonables para rechazar la propuesta de que sea “el soberano”, es decir los 4 millones de inscriptos en el Registro Electoral, los que decidamos sobre esta cuestión, a través de un referéndum.

La bajeza del discurso produce vergüenza ajena. Es el caso de Desirée, quien en su cuenta de Twitter escribió: “Activaron a full perfiles HC y Llano. Su libreto pro violar la Constitución Nacional, ‘son’ tan pelotudos que deben estar en huelga para aumento del mínimo ¡Angá!” (sic). Por su parte, en la misma red social, “Marito” alertó “con preocupación sobre la intención de darle un golpe a la Constitución”. Mientras que Efraín, conferencia de prensa mediante, hizo galas de su desubicación histórica e instó a “resistir como en la época de Stroessner”, además de amenazar con la inmediata expulsión a todos sus correligionarios que eventualmente respalden la reelección.

Si fueran como los que se escudan en el anonimato para decir cualquier disparate, a través de Twitter o Facebook, vaya y pase, pero se supone que son “líderes políticos” y, como tales, debieran fundamentar sus posiciones para que no se reduzcan a simples rebuznos.

Por ejemplo, ¿Cómo explica “Marito” que se produciría un “golpe” a la Constitución, cuando lo que se plantea es poner en práctica un instrumento previsto en ella -la enmienda- y que al decir de su mentor, Juan Carlos Galaverna, es una de las vías legales para aprobar la reelección?.¿O Efraín, quien en el sumun de su delirio llama a “resistir” para que millones de paraguayos no votemos en elecciones libres, a fin de dirimir democráticamente cómo obrar en esta materia?

Entendemos que ninguno de ellos tenga mucho apego a la democracia; después de todo, conocemos el “origen” stronista de Mario Abdo, así como los antecedentes de Efraín, que en tiempos de la dictadura ni siquiera fue capaz de repartir panfletos. Y de Desirée, ¿Qué podemos decir?Que se alineó tanto a las esas personas que, como ellas, no disimula su desprecio a la voluntad popular, al colmo de calificar de “pelotudos” a quienes defienden su puesta en práctica.

Las mismas posturas encontraremos en ciertos medios de prensa. ABC color  y los medios del grupo Vierci son la “vanguardia” de la supuesta defensa del Estado de Derecho y del rechazo a la reelección. Sus voceros repiten como cotorras los mismos titulares que los políticos de la disidencia y la oposición, algunos incluso desfasados en el tiempo. Es el caso de Acosta, lector de noticias de Telefuturo,quien ayer creía destruir la iniciativa reeleccionista citando el artículo 229 de la C.N, el cual efectivamente cierra las puertas a la reelección, pero sin tomar nota de que precisamente es ése el que se pretende modificar, vía enmienda.

Tal como se presentan los hechos, es probable que los “Marito”, Desirée y Efraín, así como los medios y periodistas que les son afines, continúen con la mediocre prédica del “chake”, acompañada de todo tipo de chabacanerías, en lugar de entrar al debate político, en serio, acerca de la conveniencia o inconveniencia de la reelección.

No lo harán porque tendrían que admitir lo inadmisible. Que se oponen a dicha figura porque su vigencia significaría que no llegarían al Palacio de López ni en calidad de visitantes.

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