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Como dijimos el 25 de agosto

Los que se oponen a que los paraguayos seamos consultados, referéndum mediante, respecto a si estamos a favor o en contra de la reelección, sostienen que ésta es una maniobra seudo democrática del oficialismo, un engaño para tratar de conseguir la adhesión ciudadanía a último momento. Pero no es cierto, al igual que los pocos y pobres argumentos que exponen para sacar de la cancha a los líderes políticos más influyentes, como son Horacio Cartes, Fernando Lugo y el propio Nicanor Duarte Frutos.

Desde ese ángulo arremeten contra quienes levantan la consigna “que decida la gente”, una reivindicación por cierto justa y democrática, que se planteó en las redes sociales hace menos de una semana. Y a quienes nos hacemos eco de ella, nos atacan por repetir lo que “el patrón manda”, según propalan a los cuatro vientos.

Demás está decir que no tenemos el menor prurito sobre la relación existente entre empleador y empleado, aunque no se aplica a nuestro caso, al menos con el presidente. Sin embargo, nuestra posición a favor de la enmienda data de mucho antes que se lanzara la referida campaña, cuando ningún sector político, incluyendo al oficialismo, destacaba que la figura de la enmienda era, a lo lejos, la más democrática de todas para zanjar las discrepancias políticas relativas a la relección.

En nuestro editorial del pasado 26 de agosto, hace dos meses y medio, decíamos: “Lo que pasó ayer en el Senado, que a la velocidad del rayo rechazó la enmienda de la Carta Magna para tales fines (la reelección), no fue más que una maniobra rastrera, de bajo nivel y claramente antidemocrática, planeada entre gallos y medianoche por senadores de la disidencia colorada y sectores de la oposición, que siendo solo 23, se atribuyeron la facultad, cuando no, de decidir sobre un tema que es de incumbencia de casi 4 millones de paraguayos, a quienes les negaron el derecho a expedirse sobre esta cuestión de tanta trascendencia”.

Y seguidamente agregábamos que “más allá de esta actitud, propia de timoratos que debieran dedicarse a otros menesteres, lo más cuestionable de los promotores del rechazo a la enmienda es la forma grosera en que expresaron su desinterés por escuchar la voz del soberano, de todos los electores. Porque en el caso de haberse aprobado un proyecto de esta naturaleza, el mismo tenía que ponerse a consideración de la ciudadanía, por medio de un Referéndum, en el cual, votación mediante, ejercería el derecho a decir sí o no a la reelección. Pero no, ellos prefirieron “cocinar” todo entre 23 senadores”.

Hoy vemos con satisfacción la existencia de sectores ciudadanos, dirigentes políticos, sociales e incluso algunos periodistas que comparten ésta posición de que sean los electores quienes decidan lo que la llamada “clase” política no puede resolver, por las diferencias que tienen en la materia.

Desconocemos si ésta posición terminará primando en el Congreso. Son muchos los intereses en juego y los poderes fácticos que intervienen en sentido opuesto, como la tenebrosa campaña de desinformación que impulsan algunos medios de prensa, como ABC color y los del Grupo Vierci, los cuales apuestan a que la Presidencia de la República se dirima en el 2018 entre Mario Abdo Benítez y Efraín Alegre.

Desde ADN alentamos con todos nuestro bríos la puesta en práctica de la democracia participativa para definir si corresponde o no la figura de la reelección, a lo que se oponen contra viento y marea los antidemocráticos de siempre, los que “engordaron” al amparo del stronismo y nunca, como ahora, se avinieron a escuchar la voz del pueblo, para dar cumplimiento a su mandato.

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