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Efrainismo golpea las puertas del stronismo

Que nadie dude de que la información sobre la propuesta de Efraín Alegre a Mario Abdo Benítez, de conformar una chapa azulgrana, sea cierta. No hay forma de que sea un invento porque en toda la historia política nacional, jamás a un liberal se le ha ocurrido buscar acuerdos electorales con los colorados para llegar al poder, ni nadie ha osado insinuarlo siquiera.

El presidente del PLRA quiere llegar a la Presidencia de la República de cualquier manera. Posiblemente hasta esté dispuesto a ceder el primer lugar y conformarse con ser el copiloto de Abdo Benítez, y luego repita la historia de su correligionario Federico Franco, conspirando para llegar al sillón de López.

Pero el problema más grave es que ni siquiera intentó algún tipo de acuerdo con el sector democrático de la ANR sino buscó al movimiento más retardatario, intolerante e incapaz de respetar las libertades individuales, el stronismo. Porque tampoco nadie puede dejarse engañar pensando que lo único que une a Abdo Benítez con la dictadura es haber sido hijo de uno de sus más importantes personeros. Durante su corta trayectoria política, que se inicia en el 2012, a la caza de una banca en el Senado, Marito ha demostrado ser el vivo retrato de su padre y de la época nefasta de la que proviene.

La propuesta de Alegre ya ha conseguido que Mario Ferreiro decidiera alejarse de él, como si tuviera la peste. Lo más probable es que otros lo sigan ya que cuesta imaginar que una persona que ha luchado a favor de la democracia ceda tanto por tan poco. Posiblemente los que quedarán serán Desirée Masi y Rafael Filizzola, quienes han demostrado con hartazgo que están dispuestos a pactar hasta con quienes fueron sus verdugos.

Solo hay 2 formas de evitar este acuerdo electoral que dañaría seriamente al PLRA. Una es que Abdo Benítez tenga más principios que Alegre –aunque parezca increíble, puede que los tenga- y no acepte ser apoyado por liberales.

Y la otra, la decisiva, es que la mayoría de convencionales liberales que hoy se reúnen para analizar el destino del partido decida castigar a Alegre por estar dispuesto a subastarlo al mejor postor, sin importar principios  ni programas de gobierno. La forma de hacerlo es rechazar la alianza electoral propuesta por el oficialismo partidario y aprobar la concertación, que permitirá la participación de candidatos de todos los demás sectores de la oposición y se elegirá al mejor posicionado para competir en el 2018.

Todo el mundo sabe, incluido Alegre, que él no tiene la menor chance de ganar en una elección única de todos los partidos y movimientos. Por eso pretende imponer la alianza, para asegurar su candidatura.

Más que nunca, el pueblo liberal representado por sus convencionales, tiene la oportunidad histórica de hacer que el PLRA deje de estar de rodillas y asuma su compromiso con el país.

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