ADN Digital
El “legislador” Arnoldo (sí, con “o”) Wiens es un ejemplo vivo de la persona que muerde la mano del que le dio de comer. Se convirtió en uno de los más ácidos críticos no solamente del Gobierno sino del presidente Horacio Cartes, en persona, acompañando cuanta iniciativa surge de las mentes calenturientas del comando de los “marioabdistas añeteté”, cuando no de la jefa Desirée Masi, y hace un par de días se apuntó como uno de los voceros de las amenazas a los miembros de la Corte, si daban curso al tema de la reelección con la renuncia anticipada al cargo, o con la variante Lugo.
Palabras más, palabras menos, el ovejuno, en realidad no el ovejuno, sino el jumento, devenido a senador, bravuconeó indicando que si ello ocurre se incendiaría el país, saldrían todos los males del averno y nos arrastrarían al abismo. Parecía uno de los profetas del apocalipsis…
Wiens. Pastor. Periodista gua-ú, por sus correrías del Chaco, jamás hizo nada que valga la pena, ahora es el censor de HC.
Cartes el mismo que lo miró con interés de hermano cuando el pastor fracasó totalmente en su campaña presidencialista, nada menos. Cuando todo el mundo lo abandonó, la cifras lo condenaban irremediablemente al fracaso, más rotundo, se bajó del tren y desesperadamente se postuló a senador, donde también se le cerraban todos los caminos…
Entonces, alguien lo miró con compasión, en realidad. Y lo tomó como una suerte de amuleto místico, quizás un milagro inmerecido para el pastor mentiroso, lo vio como un consejero de la buena suerte, que bendiga los tortuosos caminos de unas complicadas elecciones.
Ya lo decía Calé, HC es un rico generoso, como los que no hay ninguno en Paraguay. Decidió apadrinarlo, y que lo acompañe en todos los actos para bendecirlos con su presencia de hombre aparentemente bueno.
Y forzó las cosas para meterlo en los primeros lugares de la lista. Saltó todo el mundo, que por supuesto tenía más méritos partidarios que él. Crisis. Un grupo hasta intentó apartarse de “Honor Colorado”, debido a su “inocente presencia”. HC se mantuvo en sus trece. Wiens va conmigo. En realidad, él fue el único que lo cobijó. Finanzas destrozadas, ni un peso más partido por la mitad, todos los financistas de su escuálida campaña corriendo lo más lejos posible. HC metió las manos en sus bolsillos y arregló todo.
Lo admitieron a regañadientes como un “capricho” del jefe. Se hicieron las elecciones, ganó HC y de su cintura toda la caterva. Entre ellos, Wiens, quien se convirtió en senador absolutamente de carambola.
Al poco de asumir, que fue lo primero que hizo el reptil…. ¡¡¡¡¡¡Traicionó a HC¡¡¡¡¡¡.
Hoy, lo dijimos, es uno de los críticos más acérrimos del Gobierno. Imagen perfecta de lo que no tiene que ser.
El perfil de un cretino, vividor, “adornado” con una de las virtudes más abyectas de un ser humano: Morder la mano del que le dio de comer.