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La “lógica del ganador”

Las “primarias” partidarias se calientan, van poniéndose al rojo vivo, a medida que pasa el tiempo y se acerca la “hora H” para la realización de los comicios.

En la recta final se tornan más evidentes las estrategias y las actitudes de los candidatos que están jugándose el “todo por el todo”, con tal de conseguir sus objetivos.

En este menester es notable como en la actualidad salta a la luz cuando los “caballos”, por meternos en la jerga turfística, son mañeros, tramposos y no hesitarán en recurrir a artimañas de todo tipo como en la época de la dictadura  donde todo era cinismo y “pokaré”.

La carrera más importante que se juega es lógicamente la interna partidaria colorada. Las de los demás partidos se presentan como absolutamente intrascendentes ante lo que está teniendo lugar en el seno de la ANR, donde dos modelos diametralmente opuestos, pugnarán por el premio mayor: La candidatura presidencial.

Así como están las cosas “el gallo colorado” será el próximo jefe de Estado, teniendo en cuenta el panorama desolador en filas de la oposición donde se ha armado una “alianza” entre gallos y medianoche en la que nadie confía en el otro y en la que se pasan mirando sobre el hombro, a ver en qué momento sale el puñal…

Bolsa de gatos es lo mínimo que se puede decir de la entente PLRA-FG.

Pero volvamos a la carrera colorada y a lo que decíamos sobre las actitudes de los candidatos que denotan su verdadera esencia.

En sus primeras actuaciones públicas, el líder de los “Añeteté”, el retoño de Don Mario Abdo, ya sacó a relucir las uñas cuando muy suelto de cuerpo prometió volver al clientelismo puro y duro, al estilo de su mentor político el tiranosuario Stroessner.

A lo largo del tiempo, “Marito” siguió dando pistas de que haría absolutamente cualquier cosa con tal de salirse con la suya. Con el ceño fruncido y posiblemente a causa de la carencia de un programa de gobierno coherente, se negó rotundamente a debatir con el joven candidato de HC, el ex ministro Santiago Peña.

Y hace poco tiempo coronó todo con la guinda de la torta. Lo que en sociología política se denomina “La lógica del perdedor”. Advirtió que si él no ganaba las elecciones traicionaría sus propias palabras y no apoyaría al candidato colorado en las presidenciales subsiguientes. En otras palabras traicionaría alevosamente a su partido y a sus correligionarios instando a sus adherentes a votar posiblemente por los liberales dada su permanente alianza con los mismos en el seno del Senado, donde también hay que acotarlo, se pasa boicoteando sistemáticamente las acciones del gobierno colorado.

En el otro bando, “Santi” Peña, desarrolla un proselitismo sin  máscaras y sin miedos.  Promete que continuará la labor  de HC, señalado por la mayoría de los paraguayos de bien, como el gobierno más constructivo de la historia del país, luego de la época de la colonia. Los números así lo atestiguan realmente.

“Santi” responde a todo con franqueza, admite errores y resalta aciertos, y recorre el país llevando promesas cumplibles y palpables. Desarrollando el carisma de la “Lógica del ganador”, exactamente la otra cara del “maritismo”.

El pueblo colorado tiene las dos ofertas electorales a la vista. Una, la de “Santi”, es notoriamente la de un futuro estadista que seguirá haciendo progresar al Paraguay, la otra, la de “Marito”, es el retorno al pasado, es el intento de reinstalar el stronismo, de la época de las manos negras y la prepotencia.

“Marito” se siente perdedor y amenaza con la traición a su partido.

“Santi” se siente ganador y llama a la unidad para alcanzar el gran objetivo: Liderar los destinos del país.

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